Semana del 24 de diciembre de 1998 al 31 de diciembre de 1998
Son las peores Navidades de mi vida. Sola, en casa, con el teléfono que me sigue a todas partes, esperando en vano que Jaime me dé la sorpresa de aparecer en el último minuto. Pero no pasa nada de eso. Confieso que tengo mucho tiempo para pensar y, en algún momento, he llegado a creer que todos esos dramas son demasiado raros para ser verdaderos. Pero luego, me siento culpable de poner en entredicho un tema tan grave como la muerte de una persona querida.