La entrevista
Después de haber redactado un anuncio para encontrar trabajo, recibí varias ofertas, pero ninguna me atrajo lo suficiente como para contactar con esas empresas y concertar una cita. Hasta que un día recibí una carta de un tal Jaime Rijas, consultor en empresas, que buscaba a una asistente de dirección. En la carta, me informaba de que le podía llamar a su teléfono móvil para concertar una entrevista. La primera vez que traté de hablar con él no tuve suerte. Su móvil estaba permanentemente desconectado. Al final lo conseguí, y la persona que me respondió al otro lado del teléfono me dio una impresión excelente. Era muy profesional y, como tal, buscaba a una persona muy profesional también. Decidimos vernos después del almuerzo, en su despacho.