La impotencia
Se trata de la imposibilidad de que el pene se endurezca, lo que dificulta o impide la penetración. Puede ser temporal o absoluta. La impotencia temporal a veces se debe a una mala experiencia o a alguna frustración, que provoca inseguridad o “miedo al fallo”. A eso suele sumarse el temor añadido a que se repita; y todo ello contribuye a que la erección no se produzca. La absoluta es cuando en lugar de episodios aislados no se produce la erección en ninguna situación.
Constantemente se investigan nuevas técnicas y terapias para tratar la impotencia. Los métodos quirúrgicos no son los más recomendables, ya que sus resultados no suelen ser los esperados. Sin embargo, las soluciones farmacológicas resuelven mejor esta disfunción.