Rubí
Para llevar a cabo esta otra postura hay que seguir estos pasos:
1. El hombre está acostado, con el cuerpo completamente extendido y las piernas juntas.
2. La amante se sienta encima, haciendo coincidir los pubis para que se produzca la penetración y apoyándose sobre la superficie, con las piernas dobladas hacia atrás.
3. La posición femenina es dominante: ella comienza a moverse, dándole placer a él y a sí misma, frotando el clítoris contra el vientre masculino, para acrecentar las sensaciones.
Esta postura es muy completa, tanto por el placer del contacto genital como por las caricias que puede intercambiar la pareja, puesto que ambos se estimulan diversas zonas de alta sensibilidad.
Unirse de este modo ofrece intenso disfrute. La única precaución es que la mujer se coloque con cuidado para evitar movimientos bruscos, que suelen romper el clima erótico propio de la excitación previa al coito.