Olivina
En esta postura:
1. Ella separa las piernas para que el amante pueda acomodarse arrodillado entre ellas; luego las eleva y apoya la punta de los pies en las caderas masculinas.
2. Él abarca las rodillas de ella con las dos manos, con lo que obtiene así un mejor punto de apoyo, al mismo tiempo que las impulsa hacia atrás, alzándole un poco las nalgas, para que el miembro se deslice profundamente en la vagina.
De él dependen los movimientos y el compás del coito, de modo que podrá regularlos tanto en fuerza como en velocidad; sin embargo, ella puede acrecentar las sensaciones estimulantes de ambos apretando y relajando alternativamente los músculos perineales.
Hombres y mujeres sienten que esta forma de unirse es muy placentera. Es conveniente tener en cuenta que si el pene es corto y se desea una penetración más profunda, la mujer debe cambiar la posición de sus piernas y abrazar la cintura del amante.