Antes de ponerse en marcha
Aunque durante las relaciones sexuales los amantes se dejan llevar por el deseo y la espontaneidad propios del erotismo, no está de más que incluyan una pizca de sentido común en ellas.
Así, si cuando recreáis alguna postura notas incomodidad o molestias en los músculos, sobre todo en el cuello, la espalda o las extremidades, es conveniente no forzar las cosas y cambiar la colocación de los cuerpos. Tampoco es bueno tratar de recrear aquellas que suponen un esfuerzo importante, si no se está en plena forma física, para evitar que se produzcan situaciones incómodas o daños corporales.
Asimismo, es preciso tener en cuenta la complexión, el peso, la agilidad y otros factores físicos, que no siempre son comunes a ambos miembros de la pareja.
En el caso de que aparezcan dificultades para la penetración o si ella siente dolor, es preferible volver a los juegos preliminares hasta que el conducto vaginal esté lo suficientemente lubricado y dilatado, o utilizar alguna sustancia lubricante que facilite la cópula.
Ciertas posturas son más relajadas y otras más intensas, algunas propician una mejor penetración y otras permiten que la pareja se pueda acariciar: cada persona y en cada momento debe encontrar la que le permita disfrutar más.