Capítulo 9
Descubre tus zonas erógenas
En este capítulo
Cómo detectar los núcleos reactivos del hombre
Localiza las principales áreas sensitivas de la mujer
Encuentra otros puntos de disfrute en ambos sexos
La piel, un gozoso itinerario por descubrir
Cuando se siente deseo sexual, comienzan a registrarse prácticamente en todas las áreas del cuerpo las sensaciones propias de la excitación. Sin embargo, las señales son más intensas en ciertos puntos precisos. Ésas son las llamadas zonas erógenas primarias, entre las que destacan los genitales, tanto en los hombres como en las mujeres (para saber más de unos y otros, vuelve a los capítulos 7 y 8, respectivamente). Allí se sitúan las terminaciones nerviosas más sensibles que, conectadas al cerebro, le envían mensajes de satisfacción al ser estimuladas.
Sin embargo, éstos no son los únicos centros: variando de hombre a mujer y de una persona a otra, cada cual puede identificar una serie de núcleos, conocidos como zonas erógenas secundarias, que también potencian las percepciones y responden a la incitación sensual.
Si, haciendo uso de una metáfora, se imagina el cuerpo como un territorio cubierto enteramente por la piel, no hay más que buscar, por medio del tacto y el resto de los sentidos (encontrarás información sobre ellos en el capítulo 6), hasta hallar esas áreas que funcionan como una alarma sexual y que, una vez descubiertas, pueden elevar la pasión hasta el grado de hacer perder la cabeza a los amantes.