En el hombre es así
Dada la importancia del tema, creo que vale la pena ver cómo hombres y mujeres afrontan el deseo y su satisfacción.
En el caso del hombre, se pueden distinguir varias fases:
Fase de excitación.
Fase de meseta.
Fase orgásmica.
Fase final o de resolución.
Como seguro que quieres saber más de ellas, y ello tanto si eres hombre como mujer, sigue leyendo.
El apetito que se despierta
Cuando a partir de un estímulo erótico se despierta la libido masculina, da inicio la fase de excitación, durante la cual surgen dos tipos de reacciones:
La vasocongestión o
erección. Provoca que el pene comience a
erguirse, paulatinamente, porque la sangre llena las
cavidades esponjosas de su tejido
interior. Esta vasocongestión tarda en producirse entre tres y ocho
segundos en los hombres jóvenes, mientras que en los de mayor edad
es más lenta y gradual.
La miotonía.
Paralelamente a la erección, se engrosa la piel
del escroto y la bolsa testicular pende menos que en su estado
habitual; los testículos aumentan de tamaño y ambos órganos se
acercan más al cuerpo.
La excitación se vuelve uniforme
La segunda fase de respuesta sexual, llamada de meseta es, como su nombre indica, un período en el que la excitación se torna constante y uniforme. Sin embargo, se trata de un estado avanzado, previo al orgasmo. Éstos son algunos de sus pasos:
El glande toma una tonalidad púrpura, porque la
vasocongestión aumenta.
Los testículos siguen elevándose y se preparan
para la próxima eyaculación, y su tamaño se acrecienta hasta ser
una vez y media más grande del habitual.
Las glándulas de Cowper segregan unas gotas de
fluido seminal, para lubricar la punta del pene.
Además, has de tener en cuenta que:
En el 25 % de los hombres, la piel de distintas
partes del cuerpo se cubre de unas manchas rojizas, semejantes a
una erupción.
El control sobre los gestos de la cara se
pierde.
Los pies y las manos se contraen por efecto de
la miotonía.
La respiración se acelera hasta alcanzar, en
ocasiones, el punto de jadeo.
La presión sanguínea y el ritmo cardíaco que ya
se veían aumentados durante la primera fase, en estos momentos se
disparan.
El punto máximo de erección puede prolongarse mucho tiempo
si el hombre sigue siendo erotizado y su mente permanece
concentrada en aquello que le excita; pero, en caso de distracción,
puede disminuir o perderse incluso, aunque luego se
recobre.
Cuando un hombre se nota tan excitado que cree no poder evitar la eyaculación, a veces recurre a un pensamiento ajeno al sexo para evadirse y prolongar el placer, esperando a que su pareja esté plenamente estimulada y desee la penetración.
El orgasmo ya está aquí
Seguidamente se inicia la fase orgásmica, que puede subdividirse en dos:
Primera parte del
proceso. Los conductos deferentes, las
vesículas seminales, el conducto eyaculatorio y la próstata se
contraen rítmicamente, lo que provoca que el semen se almacene en
el bulbo de la uretra, situado en la base del pene. También se
contrae el esfínter interior de la vejiga, para evitar la
eyaculación retrógrada; es decir que el hombre eyacule hacia
dentro. Al mismo tiempo, la vejiga se cierra, para impedir que
semen y orina puedan mezclarse. Cuando el esperma ya se encuentra
en el bulbo uretral, los hombres experimentan una sensación que se
prolonga entre dos y tres segundos: eso les indica que su
eyaculación es inminente.
Segunda parte del
proceso. El esfínter exterior de la
vejiga se relaja, para permitir que fluya el semen. En el momento
en que la musculatura que rodea la uretra y la base del pene se
contrae, la eyaculación es impulsada con fuerza hacia el exterior y
dependiendo del número de contracciones y de la cantidad de líquido
seminal que se expulse, el placer se percibe durante más tiempo.
Los primeros espasmos son más intensos y suelen producirse cinco
contracciones, cada cuatro segundos, aproximadamente, a las que
siguen entre dos y cuatro, pero más espaciadas; sin embargo, esto
varía en cada hombre.
A veces, los más jóvenes mantienen el miembro erecto durante varios segundos después de su eyaculación, aunque no es lo frecuente; lo mismo puede sucederles a hombres mayores. Es importante saber que se trata de una condición natural, que dicho efecto no puede adquirirse ni aprenderse con adiestramientos o ejercicios para conseguirlo.
La fase final
Después de que los hombres experimenten el orgasmo, comienza la fase denominada de resolución. Durante ésta, el organismo recupera su estado normal y la erección desaparece en dos etapas:
En la primera, de aproximadamente un minuto,
los tejidos de los órganos genitales se vacían de sangre, por lo
que se pierde la mitad de la tensión del pene.
En la segunda, que es más larga y dura varios
minutos, los testículos y el escroto vuelven a su tamaño habitual y
la bolsa escrotal recobra su aspecto colgante con la piel fina y
rugosa.
Añade una pizca de pimienta a la relación
En el sexo nada debería ocurrir siguiendo recetas o respondiendo a costumbres convencionales, tales como concederles el papel activo a los hombres y el pasivo a las mujeres. De hecho, la práctica totalidad de las parejas comentan, según diversos estudios, que el intercambio de los roles tradicionales añade una ración de morbo a sus relaciones y, a veces, eso es un buen aliciente para recuperar la pasión de los inicios, si llevan mucho tiempo juntas. Asimismo, en ciertos casos, desde el primer momento y debido a los diferentes caracteres y personalidades, hay hombres y mujeres que se excitan sobremanera ejerciendo un papel activo, que los lleva a indagar en cada rincón del cuerpo de su amante, inventando nuevos juegos en cada encuentro y disfrutando de las respuestas a sus sorpresas eróticas.
Otras personas, independientemente del género, por su particular perfil o sensibilidad, prefieren dejarse llevar entre los brazos de sus parejas sin tomar la iniciativa. Y en función de la actitud erótica que asuman él o ella será la intensidad de la reacción, como el tiempo de respuesta sexual.
A ellos les aguarda entonces una etapa por la que no pasan
las mujeres: se trata del período
refractario. Durante éste, se relajan por
completo, los músculos que alcanzaron una tensión máxima se vuelven
del todo laxos, y a algunos hombres les da sueño o se duermen
directamente. Dependiendo de una serie de factores diversos, para
que los hombres vuelvan a tener una erección y alcanzar otro
orgasmo es preciso que transcurran entre una y varias horas; en
algunos casos, debe pasar un día entero.
Segundos antes de la eyaculación, la punta del glande se humedece con unas gotas de fluido viscoso, aunque no tanto como el líquido seminal, que pasa por la uretra y la lubrica, preparando el pene para la penetración.
El coito anal o la intimidad plena de la pareja
Tanto hombres como mujeres sienten un enorme placer cuando viven naturalmente y con entera libertad la experiencia del coito anal. Además, supone probablemente el más alto grado de confianza e intimidad que puede unir a una pareja de amantes. La razón es que el ano es el punto secreto de la anatomía humana.
Esta zona está singularmente dotada para ofrecer percepciones sumamente gozosas, ya que es uno de los puntos más sensibles a la estimulación, por estar poblada de terminaciones nerviosas con una gran capacidad de reacción erótica.
Indudablemente, no es fácil decidirse a descubrir las placenteras posibilidades eróticas que esta práctica sexual proporciona; sin embargo, si se hace lentamente, sin ansiedad, con delicadeza y nunca forzando o acelerando las situaciones, sino actuando con espontaneidad y cuidado, el resultado valdrá la pena, sin duda, tanto para él como para ella.