Cuerpo contra cuerpo
La masturbación generalmente es algo solitario, pero ello no significa que siempre deba ser así. Piensa que para los hombres ver a una mujer autoerotizándose es una de las fantasías más excitantes; les gustaría incluso espiarlas, sin que se advierta su presencia. Y para ellas es también un motivo de intensa curiosidad, porque las intriga y querrían verlos para después probar las mismas caricias, pero siendo sus manos las que den placer al cuerpo varonil.
Si un hombre y una mujer deciden masturbarse juntos y frente a frente pueden vivir esos deseos en la realidad. Se sitúan de pie o sentados, mirándose, y comienzan a recorrer sus cuerpos, deteniéndose en los puntos que más los erotizan, desde la cabeza hasta los pies. Llegado este momento, en que el deseo de uno se transmite al otro, en una ida y vuelta de suma intensidad, la opción es que sigan autoestimulándose a la vez hasta llegar al clímax. En este caso, la clave es el roce entre los cuerpos y los genitales. Es muy sensual que los amantes se acuesten uno encima del otro, usando sus manos no para acariciarse o estimularse, sino para impulsar los cuerpos hacia arriba y hacia abajo rítmicamente. Así, la fricción de los genitales entre sí es la que lleva al orgasmo.
Más que un juego
Que los amantes se autoeroticen en presencia de la pareja o se masturben uno a otro no es sólo un juego preliminar previo al coito, sino una práctica sexual que genera en ambos un intenso disfrute y la que, sin duda, más aporta a que se conozcan mutuamente las especiales percepciones eróticas de cada cual.
Las diferencias entre la sexualidad femenina y masculina influyen en la forma en que hombres y mujeres prefieren ser masturbados. La brusquedad o velocidad intensa, que por lo general prefiere él, a ella puede llegar a veces a causarle dolor o a insensibilizarla si no está lo suficientemente lubricada. En ambos casos, el clima de confianza, el grado de intimidad al que se llega es un punto culminante que marca un antes y un después en las relaciones sexuales.
La relajación conjunta y otros trucos eróticos
Aunque en esto del sexo no hay recetas universales, sí puede hablarse de ciertos trucos que ayudan a estimular la imaginación. Uno de ellos es el de preparar la piel y los sentidos antes de que la pareja se masturbe junta. Hacerlo así aumenta el disfrute que sentirán inmediatamente después y es la antesala que crea el clima sensual apropiado. Para ello, toma un relajante baño caliente de agua perfumada con esencias estimulantes: pachulí, sándalo o cualquier otro aroma que prefieras, y comienza allí mismo los roces eróticos. Después de secarse el uno al otro, friccionando sensualmente distintos puntos del cuerpo, se sitúan como lo deseen y sólo necesitan echar a volar su imaginación para brindarse y brindar placer, con las puertas de la percepción más abiertas que nunca.
Otros trucos que pueden servirte de inspiración son:
Un estímulo muy sensual es introducirse un dedo en la boca y una vez mojado con la propia saliva, llevarlo a los genitales y humedecerlos.
Hay personas que se masturban frente al espejo, porque les resulta muy excitante. Además, el espejo es recomendable para observar el propio cuerpo y sus reacciones, así como para conocer qué estímulos visuales recibirá la pareja mientras mira.
Una zona especialmente erógena tanto para el hombre como la mujer es la que va desde la base del escroto hasta el orificio anal, por donde discurre el perineo, una zona muy erógena. Si a la vez que se estimula el pene o el clítoris se acaricia el perineo, la sensación orgásmica se potencia elevando las percepciones.