Fantasías estimulantes

Las fantasías son excelentes aliadas a la hora de masturbarse. Pueden tener como protagonistas a una persona conocida que resulta atractiva, al personaje de moda en el deporte o el cine e incluso a alguien completamente desconocido que se presentó en un sueño y agitó el deseo sexual, hasta tal punto que lleva a autoestimularse imaginándolo.

También puede ocurrir que en el momento de masturbarse se desate la imaginación y las fantasías comiencen a pasar por la mente como una película y eso intensifique el placer y acelere el orgasmo. A veces, las fantasías son algo que se desearía llevar a la realidad, pero se teme que en ese terreno no sean tan vívidas y gratificantes, y se estropee ese singular “motor” que se pone en marcha cuando la estimulación es a solas.

¡Que no falte la imaginación!

recuerda.jpegSi en todos los órdenes de la vida es importante, en el universo erótico es fundamental dar rienda suelta a la imaginación: la mejor forma de incentivar la creatividad y la libertad personal.

A mayor fantasía, más riqueza sexual y menos rutina y conformismo. Fantasear lleva más allá de los límites establecidos, tanto cuando las imágenes nacen en la mente como cuando se describen a otros o se oye cómo ellos las transmiten; y, en caso de concretar algunas de las escenas del ensoñado mundo interior, se abren los sentidos a disfrutes desconocidos.

Él o ella son los dueños absolutos y los protagonistas privilegiados de sus fantasías; en ese territorio, nada puede salir mal ni ser frustrante, nadie ejerce censura y se puede ir cambiando todo el guión o el final simplemente, para que sea cada vez más feliz o tan sensual, misterioso y salvaje como se decida.

La creatividad femenina

parahombres.pngPor lo general, cuando se están masturbando, las mujeres fantasean con alguien que conocen y les atrae, imaginando que los estímulos que ellas mismas se están brindando proceden de esa persona: puede ser un antiguo novio, la pareja o un compañero de trabajo con el que hay cierta tensión erótica no manifestada abiertamente.

Sin embargo, a veces se trata de un completo desconocido y, en ese caso, este personaje inventado es ideal para lo que se vive como una transgresión de lo habitual, como puede ser el sexo con tintes sadomasoquistas, los intercambios sensuales en el autobús o en un portal, siendo ella o el personaje imaginario quien lo impone; durante estas fantasías es común verse atada, con los ojos cubiertos... En definitiva, situaciones similares donde incluso puede haber violencia.

ideaseductora.pngEl autoerotismo con la imaginación encendida lleva a intensificar el deseo ideando también otros escenarios y circunstancias inhabituales, como mantener relaciones sexuales con otra mujer, en grupo, espiar a otros o ser espiadas, verse súbitamente desnudas y haciendo el amor en espacios donde pueden ser sorprendidas. Las fantasías son así, totalmente incontrolables, aunque jamás se hagan la realidad.

Las fantasías se pueden compartir

En muchas ocasiones, lo que se imagina es mejor mientras permanece en el terreno de las fantasías que cuando se lleva a la realidad, porque genera desencanto. No hay que preocuparse por eso, ya que bastará con no repetir la experiencia. Asimismo, si una vez se concreta una situación fantaseada pierde su poder estimulante a solas, bastará con cambiar la escena; la mente humana es un manantial inagotable de creatividad.

Éste es un asunto muy personal que depende tanto del carácter de cada hombre o mujer, así como de la relación que mantienen, del tiempo que llevan juntos y del grado de confianza alcanzado. Antes de tomar una resolución definitiva debe meditarse con serenidad para no generar conflictos y es preciso tener en cuenta que, si bien compartir las fantasías e incluso proponer a la pareja llevarlas a la realidad puede enriquecer las relaciones y ahuyentar la rutina, no hacerlo no supone deslealtad.

En todo caso hay diversas formas de transmitir las fantasías y el límite será el que imponga la situación y la persona con la que se compartan. Se puede simplemente narrar lo imaginado, como si se tratara de un sueño, y esperar la reacción, para ver si se sigue adelante y se intenta vivirlo juntos. De tal modo que, si se percibe malestar, pueda dejarse en ese punto, sin más.

Otra posibilidad, si se considera que el grado de intimidad y el momento son propicios, es ir desgranando las fantasías en una sesión de masturbación compartida, para excitarse y excitar a la pareja; éste es un estadio indudablemente más avanzado que el anterior.

Por último, la propuesta más desinhibida es “poner en escena” con los protagonistas reales de la pareja lo que anteriormente se ha fantaseado estando a solas.

La imaginación masculina

paramujeres.pngPara los hombres, el universo femenino y su sexualidad han sido y siguen siendo un misterio que despierta su morbo, por eso suele ser el motivo principal de sus fantasías

Cuando él se masturba puede imaginar a su pareja con otros hombres a los que desconoce y eso lo excita muchísimo. Si se trata de una mujer deseada, pero que no está a su alcance o a quien no conoce personalmente, es frecuente que fantasee con mantener con ella sexo oral o que pueda penetrarla analmente; eso también ocurre cuando con su relación habitual todavía no han llegado a esas prácticas, ya sea porque no han alcanzado un grado de mucha intimidad y confianza, por pudor o por dudas de ella. El hombre también idealiza escenas sobre el intercambio de los roles tradicionales: él está inerme a su merced, y ella “manda”. Otras fantasías corrientes son el sexo con dos chicas o ser testigos mientras su amante mantiene relaciones sexuales con otra mujer.

Cuando el sexo con la pareja se vuelve previsible o rutinario, algunos hombres suelen huir de la situación, fantaseando con otras mujeres, a la vez que están manteniendo relaciones sexuales con su pareja.

Kama-sutra para dummies
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