Aires de cambio en la masculinidad
Las ideas acerca de la sexualidad masculina se han modificado muchísimo en el último siglo, afortunadamente. Ya no se da por sentado que los hombres están permanentemente en condiciones de lanzarse a practicar el sexo, que se excitan sin freno ante cualquier estímulo y en toda circunstancia, así como que su papel en la pareja debe ser activo y dominante. Y, lo que es aún mejor: ha dejado de considerarse que si él no se conduce según esas pautas, tiene motivos para sentirse avergonzado, lleno de complejos, y creer que su hombría se ve disminuida.
En cuanto a la influencia que sobre los estados de ánimo ejercen las presiones, los problemas y otras cuestiones que generan estrés, las personas no se diferencian por su sexo. Ellos son tan sensibles como las mujeres ante las diversas experiencias difíciles y desafíos que presenta el día a día y, en muchas ocasiones, sus mentes no están disponibles y relajadas para disfrutar del erotismo. Piensa que el temor, el estrés, la tristeza y otras influencias emocionales pueden llegar a minimizar los instintos sexuales masculinos, reducir su libido e impedir su excitación.
Además, no todas las mujeres les resultan atractivas o despiertan su deseo; ellos también son selectivos y necesitan empatía, compatibilidad y emoción compartidas, además de pura biología e instinto, para excitarse y sentir placer.
No hay que guardarse los sentimientos
Nada hay que aleje tanto a una pareja como forzar las situaciones y que el encuentro sexual resulte pobre o frustrante, porque uno de los dos no está suficientemente preparado para hacer el amor en ciertas circunstancias, agobiado por pensamientos ajenos al erotismo o embargado por problemas cotidianos de distinta índole.
Ocultar el estado anímico, la tristeza o sencillamente la falta de deseo circunstancial resulta muy negativo y, si el afectado por la tensión es él, no hay mejor camino que comunicarse con su amante con total confianza. En este aspecto encontrará comprensión y compañerismo en la mujer, ya que ella en estos casos suele responder con sensibilidad y afecto.
Si eres hombre y no hablas abiertamente cuando te encuentras en una situación de este tipo, lo único que conseguirás es crear frustraciones o malos entendidos, de modo que ella se sentirá incómoda, acaso pensando que no te resulta atractiva o que no la valoras lo suficiente. Felizmente, muchos hombres hoy en día tienen la mente abierta y confían sus sentimientos; eso los lleva a disfrutar de una sexualidad más sana y a compartirla mejor con las mujeres.