esde la Antigüedad los seres humanos han buscado intensificar su disfrute erótico a través de distintos medios y uno de ellos ha sido y es el uso de afrodisíacos. Es decir, cualquier sustancia que acreciente el deseo, la excitación y la potencia sexual. Sin embargo, algunos expertos afirman que ciertas esencias, especias o alimentos como los dátiles, el chocolate o las ostras, no está comprobado que sean realmente afrodisíacos según la definición tradicional. Lo verdaderamente «afrodisíaco» es la predisposición mental que se tenga al comerlos o beberlos. Si se hace pensando que ayudarán a estimular la libido seguramente lo conseguirán, lo que demuestra una vez más que el verdadero órgano sexual es la mente.
Esencias como la vainilla, el pachulí o la canela gozan de fama erotizante y son muchas las parejas que perfuman el ambiente donde transcurren sus intercambios sexuales con ellas, con velas y ambientadores o, directamente, dándose baños aromatizados y a veces untándose mutuamente la piel para incentivar su sentido olfativo.
En cuanto a los sabores, las especias han sido consideradas siempre sustancias con propiedades afrodisíacas; una de las más utilizadas es el clavo de olor, usado en comidas, postres y bebidas a lo largo de la historia.
Del Lejano Oriente proceden el extracto de Ginkgo biloba, que, tomado diariamente, puede mejorar la erección irregular porque activa la circulación sanguínea, que si no es buena contribuye en ocasiones a debilitar o impedir la erección, y el ginseng, que acrecienta la energía en general y la potencia sexual en especial. Las infusiones de esta raíz se beben antes de mantener un contacto sexual, aunque no está tan claro si su efecto es inmediato o hay que beberlo habitualmente a lo largo del tiempo, con descansos intermedios.
De Brasil, y con iguales propiedades, es la raíz de la hierba llamada marapuama, que siempre se ha considerado afrodisíaca.
Frutos y bayas del bosque, como fresas o moras, tomados al natural o macerados en alcohol, son considerados valiosos estimulantes, al igual que frutas tropicales como la papaya y el plátano, sin olvidar los energéticos frutos secos como nueces, castañas o almendras, que encienden la sangre al ser ingeridos.
Las carnes rojas, por su contenido en proteínas, son altamente vigorizantes para todo el organismo, pero es la carne de caza la que se considera más afrodisíaca.
Las estrellas indiscutibles son, sin duda, los mariscos y moluscos, crudos o en diversas preparaciones, siendo los más afamados las ostras, almejas, berberechos, mejillones, camarones y langostinos, que acrecientan el deseo sexual por su gran riqueza en minerales.