ctualmente las mujeres pueden enriquecer su sexualidad a solas o con su pareja incorporando juguetes eróticos, de los que es posible encontrar una muy variada oferta. Hay modelos de diseños sofisticados que incluyen texturas diversas al tacto, acabados de formas distintas que estimulan las sensaciones e incluso creaciones de origen oriental que acrecientan las percepciones sensoriales.
DILDOS
Los más difundidos son los vaginales; algunos reproducen con mayor o menor realismo el falo: desde la piel hasta la redondez del glande o el relieve de las venas. En cambio, otros son diseños ci líndricos con una estética que en nada se parece al pene humano y en colores muy vivos. Suelen tener un mecanismo vibrador con un mando que gradúa la intensidad; los materiales más utilizados son la silicona o el jelly, que además tienen la ventaja de absorber la temperatura del cuerpo al contacto con la piel.
Algunos dildos están diseñados para la penetración anal tanto de hombres como de mujeres; su diámetro y longitud se adaptan a este conducto y no acaban en forma de glande, para poder introducirlos fácilmente sin provocar molestias.
Inspiradas en juguetes eróticos orientales, las bolas chinas son dos esferas con un diámetro que va desde el medio hasta los casi tres centímetros, ensartadas en un hilo o cordón; se introducen en la vagina para excitarla y hay modelos con efecto vibrátil.
Igual origen tienen las perlas tailandesas -enhebradas en un cordón, con un número variable de entre tres y cinco, aunque pueden llegar a ser diez-; son pequeñas y de diverso colorido; en este caso se introducen una a una en el ano, ayudando a dilatarlo y excitando a la mujer cuando se mueve.
EL GOCE MÁS VIBRANTE
De menor tamaño, los vibradores se utilizan, por regla general, para estimular el clítoris. Pero también generan sensaciones de placer en otras zonas, como la vulva, el perineo y el ano, incluso en los pechos o puntos erógenos que ella reconoce en su cuerpo.
A partir de que las mujeres han descubierto el placer, la industria de los juguetes eróticos ha ideado infinidad de modelos, texturas y colores para este punto tan orgásmico, como vibradores no mayores que un lápiz labial o con forma de pequeños animales: conejitos, patitos, mariposas, pingüinos; también hay lenguas vibradoras de jelly capaces de realizar cunnilingus inolvidables.