partir de los doce o trece años, las niñas tienen por primera vez la menstruación, también llamada regla, período o flujo menstrual, entre otros. Lo mismo ocurrirá mensualmente a lo largo de entre treinta o treinta y cinco años, hasta el momento en que llega la edad de la menopausia o climaterio.
La regla es una pequeña hemorragia vaginal causada por el desplazamiento de una parte del endometrio, que es la mucosa que recubre la cavidad del útero. La cantidad de sangre que fluye es variable: en unas mujeres es más abundante que en otras, al igual que es distinta su duración, que, por lo general, es de entre tres y cinco días, aunque algunas mujeres tienen menstruaciones de hasta una semana.
Las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona, son las que regulan el ciclo menstrual, que se divide en cuatro fases. En la primera, inmediata a que se acabe una regla, suben los niveles de estrógeno y comienzan a madurar entre diez y veinte óvulos, a la vez que el tejido del útero se hace más grueso.
En la segunda etapa, el estrógeno sube hasta su máximo nivel y se produce la ovulación. Lo normal es que solo uno de los óvulos madure para ser liberado por un ovario. Comienza entonces la tercera fase, que sigue a la ovulación y se conoce como luteal o secretoria. En ella se genera todavía mayor cantidad de hormonas y la progesterona hace aumentar también el grosor del útero para que pueda dar cabida a un embrión, en el caso de que el óvulo sea fertilizado.
Es precisamente cuando esto último no ocurre, porque ningún espermatozoide ha fecundado un óvulo maduro, cuando los niveles hormonales descienden hasta sus mínimos y se inicia la cuarta fase: esa es precisamente la menstrua ción; seguidamente recomienza un nuevo ciclo.
Entre una y otra regla pasan aproximadamente veintiocho días, aunque también es normal que el intervalo sea más corto o más largo, de veinticinco si es de los primeros o de treinta y dos o treinta y tres días en el caso contrario.
MOTIVOS PARA LA IRREGULARIDAD
Aunque son las hormonas las que regulan el tiempo que pasa entre cada ciclo menstrual, ciertos factores psicológicos también pueden intervenir en su duración. En ocasiones, los nervios o el estrés pueden adelantar o retrasar la regla. Ciertas mujeres, incluso, al tener altos niveles de estrés dejan de menstruar o les sucede que, entre una y otra menstruación, el período se prolonga tanto como para pensar que están embarazadas, aunque hayan utilizado métodos anticonceptivos en sus relaciones sexuales.
No obstante, hay dos épocas en la vida fértil femenina en que lo más común son las irregularidades, ya sean adelantos o retrasos en la regla. Uno de ellos es cuando las adolescentes comienzan a menstruar, generalmente durante todo el primer año; y el segundo, al comenzar la etapa en que se acerca la menopausia, que puede extenderse largamente, siendo en algunas más temprana, al principio de la cuarentena, y en otras más tardía, al final de esta o sobre los cincuenta años, aproximadamente, hasta que la regla se retira completamente.