unque la sociedad occidental ha alcanzado un alto índice de evolución en todos los aspectos y también en el que se refiere a la visión y actitud ante la sexualidad, aún siguen vigentes muchos mitos y tabúes; numerosas personas siguen confiando en informaciones equivocadas, a la vez que han aparecido nuevos temores y, en no pocos casos, cierta confusión, provocados precisamente por los cambios en el pensamiento social.
Si bien cada vez es más igualitario el rol de la mujer en el área profesional y personal en relación a los hombres y en sus relaciones sexuales y afectivas con ellos, aún persisten en ambos sexos, pero sobre todo en la mujer, miedos y reparos, como, por ejemplo, en lo que concierne a disfrutar del sexo libremente dejándose llevar por los sentidos hasta alcanzar el placer.
La razón principal es que la libido es especialmente sensible y puede quedar afectada a raíz de una mala experiencia en el descubrimiento de la sexualidad en la infancia, de un entorno sociofamiliar que reprime en lugar de informar y promover una conducta natural o de una educación inadecuada por la transferencia de los conflictos de los padres a los hijos, entre otros.
De tal forma que el desconocimiento sexual, ya sea porque padres y educadores no han informado a la edad adecuada a las niñas o por no haberse atrevido ellas mismas a preguntar y desvelar sus dudas, en edades adultas genera conflictos, inhibiciones y problemas en el desarrollo saludable del erotismo.
En cuanto a los hombres, tradicionalmente han tenido mayor libertad y siempre se ha considerado que es natural que persigan la satisfacción sexual; pero también son muchos los que están desinformados, tanto en lo que respecta a su propia sexualidad como a la de las mujeres, lo que a la larga conduce a relaciones pobres y poco satisfactorias para ambos.
No obstante, las grandes distinciones con que la sociedad ha tratado a cada sexo han determinado diferencias tales como que ellos generalmente tienen una mejor relación con sus genitales, si la comparamos con la que tienen ellas.
Las páginas que siguen han sido escritas con el propósito primordial de informar sobre la sexualidad en su espectro más amplio, que incluye desde la esfera fisiológica y corporal hasta la emotiva y psicológica.
Al disponer hombres y mujeres de información correcta y completa no solo se comprenderán mejor a sí mismos en este plano, sino también a sus parejas y podrán escoger con total libertad el camino que los lleve al disfrute más pleno y vital, para lograr juntos las más altas cotas de placer y mutua comprensión.
Si en la naturaleza humana hay una fuerza verdaderamente intensa, capaz de satisfacer tanto en lo físico como en lo psíquico, esa es la energía sexual, pero es preciso alimentarla sanamente para que se desarrolle hasta el máximo de su potencial.
Los sentidos hablan en un lenguaje claro, inequívoco, y envían mensajes que no hay que soslayar; pero para ello es preciso, en primer lugar, conocerse y tener información veraz y, en segundo lugar, alcanzar una armonía emocional y física, porque ambas son las llaves del disfrute.
Es por eso que este libro contiene información clara y precisa para hombres y mujeres sobre la riqueza de su sexualidad, de modo que asuman una actitud activa en la satisfacción de su vitalidad y de sus sentidos, abandonando prejuicios y mitos falsos inculcados durante siglos.
Solo así podrán dejarlos atrás y volar en alas del goce sensual. Eso les brindará un grado de bienestar que se expresará en todas las áreas de su vida: algo que todos y cada uno, ya sea hombre o mujer, se merecen y tienen la posibilidad de conseguir.