PARAÍSO SECRETO
Él se ha sentado en el borde de la cama; la amante se sienta encima para que los cuerpos se acoplen. Las bocas se buscan y la piel se roza sensualmente. Las piernas abiertas de ella flanquean el cuerpo masculino. Siente como la sujeta por el talle iniciando una suave penetración. Ella contribuye elevando las caderas y la pelvis en la postura más cómoda para que el pene pueda penetrarla analmente y disfrutar con el suave vaivén que él imprimirá al coito para que ella también goce, cara a cara y en una intimidad total.
ENTRAÑABLEMENTE JUNTOS
De lado, apoyada en el hombro y la cadera, recoge las piernas. El amante se acopla por detrás del cuerpo femenino, lo recorre con sus manos y apoya el pene entre las nalgas rozándolas acariciante hasta penetrarla lenta e intensamente. Ambos gozarán de la fricción provocada por los glúteos semicerrados y las caderas moviéndose al mismo ritmo. Él lame la nuca y la espalda de ella, pasa una mano por delante y mima sus pechos y su pubis; llevando la suya hacia atrás; ella puede acariciarle las nalgas y estrechar el abrazo.
SALVAJE INTIMIDAD
La excitación los lleva a arrodillarse, él pega su cuerpo al de la mujer, que responde inclinándose ligeramente hacia adelante y buscando apoyo sobre la cama. La mano del amante roza el espacio entre las nalgas, luego humedece un dedo en su boca y estimula el anillo anal, relajándolo. Excitada, ella se arquea y eleva las caderas para provocar la penetración. Él dirige el juego, pro fundo o superficial, lento o rápido, y ella empuja hacia atrás con fuerza, rotando sus caderas; una caliente cadencia que los llevará al orgasmo.
LAZO AMOROSO
Sus nalgas están al borde de la superficie y ella gira la parte inferior de su cuerpo, con las piernas juntas hacia un lado, dejando ver el ano entre ellas. Puede hacerlo solo si sus caderas y su cintura son flexibles. Él se arrodilla para penetrarla, provocando en ambos una sensación intensamente erótica, manteniendo un ritmo lento y ardiente mientras la excita rozando su pubis, el vientre y el ombligo, o acariciándole los pechos y el interior de los muslos. Esta íntima postura acrecienta la pasión entre los amantes.
ÉXTASIS PROFUNDO
Recostada boca arriba, alza las piernas hasta apoyarlas sobre los hombros del amante que está arrodillado frente a ella. La toma con firmeza por las nalgas y se impulsa hacia adelante hasta lograr penetrarla. Él lleva la cadencia, sujetando y apretando las caderas femeninas sensualmente; a medida que varía la frecuencia, la intensidad y el ángulo de penetración, aumenta la excitación de ambos. Finalmente, comienza a frotar con un ritmo más intenso el conducto anal y a estimular el clítoris en la búsqueda del clímax.
TIERNO FRENESÍ
Los embarga el deseo que se transmite como una corriente entre los cuerpos. Ambos están arrodillados, él la enlaza por detrás con sus brazos y la besa apasionadamente, luego acerca la boca a una de sus orejas, lame el lóbulo y mordisquea su cuello. El pecho de él y la espalda de ella se rozan voluptuosamente; la mujer siente el calor y la excitación del contacto, eleva las nalgas y las lleva hacia atrás para que él pueda penetrarla analmente. Lo incita con el movimiento de las caderas mientras sus dedos se dirigen al clítoris.
CANDENTE DESAFÍO
Tan excitada está después de los juegos previos que se recuesta abriendo las piernas, invitándolo a penetrarla. Él no puede resistir la tentación y se coloca encima, apoya los brazos a ambos lados del cuerpo femenino y comienza un lento y profundo coito anal mientras las piernas de ella aprietan las nalgas masculinas para participar con el impulso de sus caderas. En esta postura ambos amantes deben participar activamente; es preciso dar y recibir para mantener de forma continuada el vigor del ritmo de la cópula.
SECRETA OFRENDA
La amante se tiende boca abajo ofreciendo su cuerpo a las caricias. La excitación de los juegos previos se acrecienta con la visión de las curvas que forman las caderas y las nalgas. Él se coloca encima y adelanta el torso, apoyándose en los brazos, en busca del contacto más pleno. Luego, con suaves movimientos, se impulsa para conseguir la penetración, que al comienzo es suave y superficial, hasta hacerse más profunda, alternando la frecuencia de los embates mientras la pasión marca el ritmo que los conducirá al orgasmo.
SUGERENTE FUSIÓN
Están de pie, la mujer delante y el hombre por detrás; el apremio del deseo los ha unido. La posición de los cuerpos en esta postura depende de la altura de los amantes. Si él es más alto deberá inclinarse hacia adelante, pegando el torso a la espalda femenina y, si lo es ella, se facilitará el acoplamiento cuando flexione las rodillas, abriendo el ángulo de sus piernas.
Ella disfruta con las caricias que él le prodiga y, entretanto, demuestra su placer asiendo a su amante por las caderas para sentir intensamente cada embestida.