as células reproductoras del hombre se denominan espermatozoides o gametos masculinos. Están en el semen y se producen unos mil por segundo en los testículos. Su función es fertilizar óvulos.
Si se observa en un laboratorio una pequeña porción de esperma se ve en cada espermatozoide cabeza, cuerpo y cola, también llamada flagelo, así como su continua movilidad.
La cabeza es la que fecunda y se inserta en el óvulo; juntos transmiten a sus hijos la carga genética de ambos progenitores. El cuerpo conecta la cabeza con la cola, que los dota de movimiento para que recorran un camino ascendente hacia las trompas de Falopio, donde se alojan los óvulos, pasando por el cuello del úte ro. Una vez que han accedido a las trompas, su avance es de una velocidad aproximada de entre uno y dos centímetros por hora.
Son muchos los espermatozoides que mueren durante el recorrido, así como otros se dirigen erróneamente a la trompa en la que, en ese ciclo menstrual, no se ha producido óvulo.
Llegan también muchos, ya que el semen que penetra en la vagina durante el coito contiene millones de espermatozoides, aunque solo uno es el que fecunda. El contacto entre las células reproductoras del hombre y la mujer y la consiguiente fertilización se produce en el primer tercio de las trompas de Falopio: la más próxima al ovario.
Un gameto masculino tarda de diez minutos a tres días en llegar hasta el femenino y fecundarlo; al fundirse generan el cigoto, cuyas células se multiplican formando el embrión, que se desarrollará durante el embarazo.