n todos los aspectos de la vida y, sobre todo, en las relaciones afectivas es importante mantener un diálogo sincero y una comunicación clara; pero si hay un aspecto en el que esto cobra especial relevancia es en el sexual, ya que es la única manera de que cada integrante de la pareja sienta que su potencial erótico se desarrolla en armonía, compensándolo, tanto emocional como físicamente, hasta alcanzar la máxima plenitud del placer.
-CUÁNDO ES PRECISO HABLAR?
La manera de hallar el camino para disfrutar de buenas relaciones sexuales no es únicamente verbalizar, aunque también esto es importante.
Se trata de escoger con acierto cuándo son necesarias las palabras y cuándo hay que valerse de gestos o caricias y dejar que «hablen» el cuerpo y la piel.
La sexualidad de cada persona es singular y distinta; por eso, no todos los modelos y prácticas eróticas satisfacen por igual a todas ellas. Lo que a algunas les lleva al máximo punto del morbo, a otras les puede molestar y generarles rechazo, y es positivo tener esto en cuenta y estar abiertos a que puedan aparecer desacuerdos o incomprensión desde el punto de vista erótico.
Asimismo, lo que un día es placentero y lleva a un disfrute extremo, puede no serlo en otro momento. Las razones de ello hay que buscarlas en que el estado anímico de las personas puede ser diferente en distintas situaciones, por motivos que son ajenos al sexo y a la propia relación; de manera que si esto ocurre es preciso, sí, comentarlo verbalmente, con total sinceridad. Tanto en estos casos como cuando se advierte incomodidad, falta de deseo o se nota algún tipo de disfunción, o simplemente desánimo, en lugar de insistir en mantener relaciones sexuales, es necesario hacer un alto y hablar del tema.
Sin embargo, no se trata de hacerlo en cualquier lugar o momento ni en un tono solemne que pueda poner al otro a la defensiva; tampoco de hacer recriminaciones o plantear quejas. Hay que hablar con tiempo y en un clima afectuoso, que facilite el diálogo, para que este resulte eficaz.
DEJAR QUE EL CUERPO SE EXPRESE
Un gesto, un ademán, una aproximación física o una caricia son a veces más elocuentes que las palabras. Todos ellos son buenos aliados de las personas tímidas e introvertidas o cuando aún no se goza de gran intimidad y confianza en la relación. Entonces es el momento de revelar cómo se desea ser estimulado, guiando al otro; de expresar el placer con un movimiento del cuerpo, una sonrisa o un sonido inarticulado y sensual, todos ellos indicadores del placer que señalarán el camino a los amantes, que los captarán rápida mente. Estos «mensajeros» hacen crecer la intimidad y crean una complicidad muy positiva en una relación sexual.
Porque no hay que olvidar que la «perfección» o la relación óptima, desde el punto de vista sexual, no existe. Se trata de recorrer un camino por el que ambos se vayan sintiendo cada vez más próximos en todo, y perciban y sientan una creciente satisfacción emotiva y sexual.