¿Es correcto tener fantasías sexuales sobre otra persona cuando estás haciendo el amor con tu propia pareja?
Mi marido y yo mantenemos una prolongada lucha sobre algo que realmente me molesta.Él a menudo fantasea acerca de otras mujeres cuando hacemos el amor e insiste en que no hay nada malo en ello. Yo me siento herida y rechazada cuando pienso queél estáhaciendo eso, y quiero que deje de hacerlo.¿Quién tiene razón?
Antes de nada, dejemos bien clara una cosa: si tu marido estáen la cama contigo, pero fantaseando sobre otra persona,él no estáhaciendo el amor contigo:¡te la estáclavando a ti y haciéndole el amor a la otra! Por supuesto que te sientes rechazada y traicionada cuando tu marido tiene una relación sexual contigo y estápensando en otra persona.¡Te estáengañando mentalmente!¿Cómo esperaél que te sientas...?,¿eufórica?¿Esél tan narcisista, infantil y autoindulgente que pretenda oírte decir:«¡Oh, cariño, estámuy bien que estés tendido aquíanhelando el cuerpo de alguna otra mujer, excitándote por el pensamiento de estar tocándola, mientras usas mi cuerpo como receptáculo para tu semen! Sigue, sigue, no te preocupes por mí. De hecho,¿por quéno me pones una bolsa en la cabeza para que no consiga distraerte de tu fantasía?».
Ahora bien, séque muchos supuestamente respetados psicólogos y expertos sexuales están animando a las parejas a fantasear sobre otras parejas mientras están en la cama con el propósito de crear más pasión en su vida sexual. La verdad es que yo no puedo estar en mayor desacuerdo.¡Eso es como aconsejar a alguien cuyo niño estállorando que ponga la música un poco más alta para que no oigan los gritos del pequeño! Hay razones para que las parejas dejen de experimentar pasión en su vida sexual. (Véanse las preguntas 2 y 47.) Añadir fantasía a la relación es un encubrimiento que te aparta del problema real.
Yo tampoco creo que exista algo asícomo la«fantasía inofensiva». Sí, puede parecerle inofensiva a tu marido, pero obviamente es ofensiva para ti. Altera tu sentido de la autoestima; daña tu sentido de la seguridad dentro del matrimonio; y perjudica la confianza entre vosotros. Una relación comprometida constituye una enorme responsabilidad. Cada acción, incluso cada pensamiento, afecta al edificio del matrimonio y al campo de energía que flota entre los dos miembros de la pareja. Imagínate tu relación como un banco. Cada pensamiento y cada acción amorosos son un ingreso que se añade a tu riqueza. Cada pensamiento o acción no amorosos son un reintegro. Cuando tu marido invierte su energía sexual y emocional hacia otra persona, aunque el contacto no sea físico,él estáhaciendo un ingreso en otra cuenta. No es sorprendente que en cierta forma te sientas estafada: te han robado lo que debería pertenecerte.
Cuando uno o ambos amantes continúan aviniendo su energía amorosa en otras direcciones, encontrarán, con el tiempo, que su relación se ha vaciado de cuanto era valioso en ella. Habráhabido muchos reintegros e insuficientes ingresos. A eso se debe que ser indulgente con la fantasía alimenta un círculo vicioso. Cuanta más gente lo haga, más necesitarán hacerlo. En determinado momento, el propio acto de fantasear ya no serásuficiente, y necesitarán tener, de hecho, una aventura física.
Ahora bien, no estoy hablando acerca de un pensamiento ocasional sobre otra persona que se nos cuela en la mente dentro o fuera de la cama. Somos humanos y eso puede suceder. Estoy hablando sobre ser conscientemente indulgente con la fantasía en vez de hacer el amor con nuestra pareja. Si eres uno de los que confías en esos juegos mentales para excitarte, pregúntate lo siguiente:
«¿Por quéha disminuido mi pasión por mi pareja?¿Estamos haciendo todo lo que podemos para mantener nuestra relación emocionalmente saludable?¿Se ha instalado entre nosotros alguna tensión emocional que haya enterrado nuestra pasión?»
«¿He sido siempre un adicto a la fantasía durante el acto sexual?¿Es mi modo de evitar la intimidad con mi pareja?¿Sufro alguna programación emocional que asocia el sexo con determinadas circunstancias o imágenes sin las cuales no me puedo excitar?»(Véanse las preguntas 12 y 15.)
Concedámosle por el momento a tu marido el beneficio de la duda y asume que ha sido educado deficientemente por la sociedad para ser indulgente con toda clase de hábitos sexuales que no son saludables.¡Quizás comenzósu vida sexual como adolescente fantaseando acerca de las mujeres de las revistas o de las niñas de la escuela y nunca ha aprendido a dirigir sus asociaciones eróticas hacia su esposa real y viva! Comparte mi respuesta conél. Tened una conversación acerca de cómo os sentís. Afortunadamente, esta información le iluminarásobre cómo te estáafectando su comportamiento y ambos podréis comprometeros en la exploración de nuevos modos de aumentar y mantener vuestra pasión sexual conjunta. (Siél, con todo, no lo comprende, evaluaría toda la relación, porque casi puedo asegurar queél tampoco te estátratando con demasiado respeto en otrasáreas de la relación.)- Véanse las preguntas 2, 12, 15, 37 y 47