¿Es posible tener un buen matrimonio cuando tu pareja es un obseso del control?
Estoy casada con el mayor obseso del control que haya existido nunca, y eso estáoriginando una fuerte tensión en nuestra relación. Las cosas siempre han de hacerse a su manera, desde la carretera que tomemos para ir a algún sitio o el modo como han de ordenarse los platos en el lavavajillas, hasta nuestras relaciones sexuales. Cuando yo le conocíme sentíatraída por su fuerte personalidad, porque mi noto anterior era un apocado; pero no me percatéde que, para mi nutrido, fuerte significa que yo he de ser débil. Estamos inmersos en una constante lucha por el poder, aunque yo cedo.¿Puede funcionar nuestro matrimonio?
Seguro que tu matrimonio puede funcionar, siempre y cuando no te importe ser sumisa, una esclava impotente sin libertad para ser túmisma. Apostaría algo a que tu marido piensa que vuestra relación va estupendamente, y que por quéno debería ser así. Túhaces lo queél te dice que hagas yél no sufre ningún desafío. Cuando una persona estácasada con un obseso del control (¡y túciertamente lo estás!), la dinámica de la relación se establece en función de quién gana y quién pierde, no sobre el amor. Mientras tu marido sienta queél va ganando, seráfeliz, porqueése es su verdadero objetivo, no el ser un marido cariñoso que quiere complacerte, y asíconfirma su propia ilusión de omnipotencia una y otra vez.
La mayoría de los seres humanos sienten que tienen el control de sus vidas, y se sienten incómodos cuando no lo ejercen. La diferencia estáen que los obsesos del control deben tener el control de sus vidas, y harán cualquier cosa para evitar sentirse descontrolados. Esto presenta serios problemas en una relación:
• A los obsesos del control les cuesta mucho abrirse y mostrarte su lado vulnerable y emocional.
• A los obsesos del control no les gusta admitir que te necesitan, o...
• Los obsesos del control te necesitan tanto que quieren controlarte durante todo el tiempo, convirtiéndose en personas extremadamente posesivas y celosas.
• Los obsesos del control se enfadan fácilmente y expresan tanto su cólera como su dolor cuando no consiguen lo que quieren o se sienten descontrolados.
• Los obsesos del control pueden ser compulsivos acerca de sus hábitos vitales, la rutina, el trabajo, etc., y resulta, por lo tanto, difícil vivir con ellos.
• Los obsesos del control pueden intentar controlar las elecciones y los hábitos de las personas que les rodean: colegas, amigos, hijos¡y TÚ!
• A los obsesos del control no les gusta jamás que les digan lo que tienen que hacer, pues eso les hace sentir que no poseen el control.
• Los obsesos del control pueden tener problemas sexuales. Bien sea porque les cuesta dejarse ir en la cama, por estar atados a una idea particular de cómo ha de ser el sexo o por la necesidad de controlarte y la resistencia a perder su propio control.
• A los obsesos del control les cuesta mucho relajarse, ya sea al acabar el trabajo, los fines de semana o en las vacaciones; pueden ser adictos al trabajo.
• Los obsesos del control pueden ser muy impacientes e irritables.
• Los obsesos del control pueden convertirse en padres dominantes y muy críticos, pues, por definición, los bebés y los niños pequeños están descontrolados, y eso le vuelve loco al obseso del control.
Suena tentador,¿verdad? Como túde hecho ya sabes, vivir con un obseso del control es cualquier cosa menos divertida. En efecto, es un auténtico infierno. En cuanto a tu marido, como la mayoría de los obsesos del control, probablemente en su infancia se sintiócontrolado por adultos o circunstancias que le dejaban impotente. En un momento dado, tomóinconscientemente la decisión de que, cuando creciese,él nunca perdería el control de nuevo. Y se ha aferrado a esa decisión porque paraél es un asunto como de vida o muerte. Por eso es por lo que resulta uno de los daños emocionales más difíciles de curar (véase la pregunta 12), porque, por definición, un obseso del control odia perderlo, y eso incluye admitir que tiene un problema o ceder a un ultimátum de su pareja.
En cuanto a ti, encajas en la descripción de la clásica víctima que confunde la adicción al poder de su marido, quien busca a alguien que se encargue de su vida y quien asocia el amor con el control. (Véase la pregunta 15.)¿No te sientes morir lentamente? Es hora de romper los barrotes de la prisión emocional en la que túmisma te has encerrado. Consigue la ayuda y el apoyo que necesites para dejar a tu marido ahora mismo. Incluso aunque, por algún milagro,él estuviera de acuerdo en buscar ayuda y más adelante sufriera una sorprendente transformación, túaún necesitarías establecer una distancia física y emocional para romper la antigua dinámica y recuperar tu propio yo antes de darle una nueva oportunidad a la relación. Recuerda: el amor que es saludable siempre te