Comunicación y conflicto
¿Cómo puedo conseguir que mi pareja me comunique sus sentimientos?
Séque mi marido me ama. Peroél nunca lo expresa verbalmente.Él viene de una familia que no es muy comunicativa, y suele alegar que «las palabras no significan mucho para mí».¿Cómo puedo conseguir que me comunique sus sentimientos? Me muero por que me preste atención.
Eres lo que yo llamo una«hambrienta de palabras»que se muere por oír manifestaciones verbales del amor de tu esposo para colmar tu corazón. Como todos nosotros, tu marido formósus hábitos amorosos a una temprana edad, y obviamente no experimentóel ser amado con palabras, no vio ejemplos de sus padres usando palabras para expresar sus sentimientos. Recuerda,él no estáconteniendo su afecto verbal a propósito;él sencillamente no comprende por quées tan importante para ti, o cómo podría satisfacerél tus necesidades. Asípues, hablemos sobre cómo le puedes explicar esto para que lo entienda.
Uno de los mejores modos para crear una ligazóníntima entre túy tu pareja son las palabras. Las palabras son puentes que te permiten pasar de tu mundo privado al de tu pareja. Unen vuestros silencios, de modo que puedes conocer a la persona a la que amas desde el interior, y viceversa. Ofrecen a tu mente la evidencia para confiar en lo que tu corazón ya conoce. En lo más profundo túsientes queél te ama, pero cuando túle oyes decir esas palabras, la experiencia del amor se vuelve mucho más real.
Algunas personas argumentan que las palabras, por definición, no pueden contener la totalidad de la emoción y que, por lo tanto, limitan tu experiencia de la intimidad.«Hablar sobreél trivializa el amor», insisten. Yo discrepo radicalmente: sin palabras para volver los sentimientos tangibles y transferibles, los sentimientos no serían tan reales para ti y para tu pareja. Las palabras impulsan la energía amorosa entre vosotros dos. Son como el viento, creando un oleaje en el océano de los sentimientos que compartís. El agua siempre estáahí, en el mar, pero es el viento el que la mueve, apartándola de la quietud y levantándola hasta convertirse en olas centelleantes. Tus sentimientos están siempre en tu corazón, pero son las palabras las que los llevan desde el silencio hasta la expresión.
Muchos amantes son avaros con sus palabras. Las atesoran como si hubiera un número limitado de«te quiero»o«te necesito»o«me haces muy feliz»disponible, y no las quieren gastar. Asíconservan la cantidad de amor verbal que ellos comparten y la ahorran para gastarla en ocasiones especiales como aniversarios o cumpleaños, y dejan que su pareja sufra hambre de esas palabras durante la mayor parte del tiempo. Siempre que me he encontrado con hombres verbalmente avaros en mi vida, siempre me respondieron con razones defensivas acerca de por quéellos no me amaban más con palabras:
«Si lo digo constantemente, dejaráde tener significado...»Este pensamiento es tan absurdo como creer que si llevas un hermoso vestido a menudo no serátan bello como si sólo lo usas una vez de tanto en tanto, o que si besas a tu niña o a tu niño cada noche y les dices que los quieres no tendrátanto valor como si lo haces¡una vez cada cuatro meses!
El resultado de este tipo de tacañería emocional consistiráen que la persona que no oye esas palabras de amor acabarásintiéndose controlado y resentido, y eso es lo que túsientes ahora. Tu pareja te ha puesto«a dieta verbal de amor»sin darse cuenta. Necesitas más palabras de amor de tu marido, pues alimentarán tu corazón y nutrirán tu espíritu.
Convertir los sentimientos en palabras no es siempre fácil. Algunos de nosotros, como es el caso de tu marido, no estamos muy familiarizados con el lenguaje del amor porque nadie lo usócon nosotros.«No me gusta hablar sobre los sentimientos, y asíes como soy», solemos decir. Algunos de nosotros podemos sentirnos incómodos usando las palabras, ya porque tememos no ser lo suficientemente buenos usándolas, ya porque expresar nuestras emociones con palabras nos hace sentir vulnerables y desprotegidos.«No estoy seguro de quédebo decir. No puedo describirlo»o«no quiero hablar sobre ello», protestamos. Pero yo creo que nuestro miedo a la falta de habilidad expresiva no es una excusa para no aprender cómo usar las palabras a fin de ser un mejor amante.
Comparte mis pensamientos con tu marido. (¡Y para el resto de mujeres, dejad este libro abierto por esta página frente a vuestro amante cuando lo necesitéis!) Quizás cuandoél comprenda que túno estás pidiéndole que transforme sus sentimientos en palabras para obligarlo a hacer las cosas a tu manera, sino porque quieres apreciar su amor por ti más de lo que ya lo haces,él sienta el deseo de intentar usar más las palabras. Y no olvides recordarle que las mujeres nos excitamos mentalmente primero, y que,¡para la mayoría de nosotras, las palabras cariñosas son un poderoso afrodisíaco!