Sexualidad y afecto físico
¿Cómo puedo conseguir que mi pareja me dé más afecto físico cuando no tenemos relaciones sexuales?
Laúnica tez que mi nutrido me toca es cuando desea que tengamos una relación sexual. Yo soy una persona muy afectuosa y me siento frustrada conél.¿Cómo puedo explicarle que necesito más afecto físico en general: abrazos, cogernos de la mano, acurrucarme. Y no sólo sexo?
A tu marido, y a todos los hombres del mundo, os pido que escuchéis lo que vuestras mujeres han estado intentando deciros: os amamos, y queremos tanto contacto físico con vosotros como sea posible, pero, por favor, no esperéis a tocarnos hasta que queráis tener relaciones sexuales. Cuando lo hacéis así, no estaremos preparadas para recibiros con la pasión y la aceptación que merecéis. El corazón de una mujer necesita sentirse completo antes de que su cuerpo pueda desbordarse de deseo por ti. Cada vez que cogéis nuestra mano, acariciáis nuestro pelo, nos abrazáis o dejáis un beso fugaz sobre nuestros labios sin ninguna razón es como oíros decir«te quiero». Literalmente sentimos nuestros corazones llenos de alegría y contento. Asíes como nosotras estamos diseñadas. Sabemos que es distinto para vosotros, y vosotros necesitáis comprender que eso es diferente para nosotras.
Piensa en ello en términos de encender un fuego. Inicias la ignición y lentamente, en el momento adecuado, vas colocando nuevos troncos entre las llamas, permitiendo que las ascuas estén al rojo vivo y resplandezcan, hasta que, al final, la chimenea brilla de forma deslumbrante. Asíocurre con nuestros cuerpos. Cada caricia, cada abrazo atizan el fuego del deseo dentro de nuestros cuerpos, y nuestra pasión crece lentamente hasta que nos abrasamos de deseo por vosotros. Vosotros jamás esperaríais que un fuego llameara fuertemente apenas se ha encendido la cerilla y se ha colocado un tronco nuevo sobreél. Del mismo modo, debéis saber que no podéis esperar que estemos«dispuestas»el sábado por la noche si vosotros ni siquiera nos habéis tocado o amado a lo largo de toda la semana.
Esto es lo que convierte el mero sexo en un hacer el amor. Hacer el amor no se refiere sólo al sexo, sino a convertir esos momentos en verdaderos momentos de amor con tu amado. Si vosotros limitáis vuestro hacer el amor al tiempo sexual en común, os estáis mutilando a vosotros mismos. Ello ayudaráa dejar de pensar que el hacer el amor comienza en el dormitorio. El dormitorio puede ser un lugar confortable para tener una relación sexual, pero si queréis esperar hasta estar allípara comenzar a hacer el amor, serádemasiado tarde, y a nosotras, como a vuestras mujeres, nos serádifícil ponernos a vuestro nivel.
Sin embargo, no estoy hablando de lo que crea más pasión en las mujeres. Vosotros, hombres, podéis también aprender a crear vuestra propia hoguera de amor, atracción y deseo permitiéndoos más momentos de afecto físico con vuestras parejas fuera del estrecho marco del acto sexual. No caigáis en la trampa de lo que yo llamo el«Síndrome del todo o nada». Consiste en la creencia que le dice a un hombre queél no puede excitarse a no ser que«llegue hasta el final», por lo que evita cualquier cosa (besar a su esposa, acurrucarse estrechamente junto a ella por la mañana) que pueda excitarlo, en el sentido de que puede que no tenga tiempo para hacer algo, lo que significa, por supuesto, una penetración y un orgasmo. Muchos hombres, inconscientemente, se dicen a símismos:«¡Oye, realmente es que no tenemos tiempo para hacer nada, luego por quéabrazarla o besarla!».
¡Hombres, no tengáis tanta prisa para desprenderos de cualquier pequeño sentimiento de amor o de energía sexual eyaculando tan pronto como podáis! Permitid que esa energía crezca en vuestro cuerpo y aprended a contenerla en vuestro corazón. Descubriréis que vuestro amor por vuestras parejas se expande, vuestro deseo se ahonda y que cuando finalmente hacéis el amor experimentaréis tales nuevos niveles de alegría yéxtasis que jamás hubierais imaginado que eran posibles.45, 61 y 65