¿Hay algún modo de detectar los síntomas de que hay problemas en tu relación, para solucionarlos antes de que se conviertan en algo serio?
Estoy casada por segunda vez, y me preocupa que un día la relación me explote ante mis propias narices. Séque este miedo procede del modo como acabómi primer matrimonio. Yo pensaba que todo iba bien hasta que mi marido me dijo un nuil día que era muy infeliz y que se iba. Yo me quedédestrozada, porque no tenía ni idea de que tuviéramos problemas. No quiero que esto me ocurra de nuevo, y aunque odio el enfrentamiento, no quiero vivir en un mundo de ensueño esta vez.¿Hay algún modo de saber si los problemas existen antes de que destrocen la relación?
Tienes razón: las relaciones no se rompen de la noche a la mañana. Hay señales de aviso en las que poder fijarse para saber que la relación tiene problemas, y cuanto antes las distingas, más oportunidades tendrás de resolver los problemas y volver la relación aún más sólida. Una manera fácil de localizar el peligro es lo que suele llamarse«las cuatro erres».
Las cuatro erres se corresponden con las cuatro fases de deteriora- miento de la intimidad, cuatro etapas progresivas de la tensión que se instala entre túy tu pareja. Las cuatro erres son cuatro palabras que comienzan con la letra erre: resistencia, resentimiento, rechazo y represión. Examinemos cada una de ellas y, si estás ahora en una relación que pasa por problemas, puedes ir siguiéndolas y ver en quéfase estás. O puedes considerar tus relaciones pasadas y ver cómo se desarrollaron a la luz de estas cuatro erres.
La primera erre es resistencia. Es la primera fase de la tensión que surge en la relación. Y es natural en esta fase entrar y salir de una relacióníntima de cuando en cuando. Las resistencias son esas pequeñas cosas que te molestan de alguien, esas pequeñas molestias:él deja las toallas en el suelo, ella habla demasiado por teléfono. Ayerél dijo algo para herir tus sentimientos. Estos no son asuntos que trastornen una vida, pero el problema reside en cómo la mayoría de nosotros lidiamos con esas pequeñas resistencias: las ignoramos y pretendemos que no hay nada malo en ellas. Te dices cosas como:«No te enfades por tan poca cosa»o«estás siendo demasiado picajoso»o«tengamos la fiesta en paz». Y cuando no quieres resolver esos sentimientos de resistencia hablando sobre ellos, los ocultas, hasta que van creciendo y creciendo. Un buen día comienzas a sentir resentimiento y ya has entrado de lleno en la segunda erre.
El resentimiento se produce cuando hay muchas pequeñas resistencias que, acumuladas, generan ese sentimiento. Ahora ya no estás simplemente molesto, estás enojado. Ahora ya no se trata de que«ojalá él no contara esa estúpida historia en cada fiesta a la que vamos», sino de que«odio esa historia. Si la oigo una vez más,¡chillo!».¿Ves la diferencia? Sabes que has entrado en el resentimiento cuando comienzas a sentirte furiosa, frustrada, un poco menos cariñosa, un poco más distanciada de tu pareja. No sientes ese resentimiento veinticuatro horas al día cada día, pero hay más momentos en la relación en los que te sientes menos cercana a tu pareja y no sientes la misma intimidad de antes. Te descubres, asímismo, siendo más crítica, incluso aunque esas críticas sean sólo de pensamiento y te las reserves.
Una de las principales señales de que estás en la fase dos, el resentimiento, es que tu vida sexual empieza a cambiar. Descubres que no puedes sentirte atraída por alguien respecto de quien sufres una ira creciente. La ira mata la pasión. Notarás que estás un poco apagada, un poco menos interesada en el sexo. Si no tratas esos sentimientos de resentimiento que crecen en la relación y los resuelves, el resentimiento crece y crece y se convierte en la tercera erre, rechazo.
Rechazo significa separación; quiere decir que hay una pared entre vosotros, y emocionalmente ya no te sientes ligada de la misma manera. Puede que todavía viváis juntos, pero vuestros corazones se han apartado el uno del otro. Se ha formado tanta resistencia y tanta tensión que te es imposible permanecer emocional mente próxima a la otra persona. Asípues, te apartas bruscamente. Y puedes hacerlo bien peleándote con tu pareja, criticándole de forma casi abusiva, sintiéndote atraída por otra gente, fantaseando acerca de abandonarlo o simplemente llevando una vida independiente de ella. Algunas parejas apenas se ven uno al otro en esta tercera fase, pero aún niegan que algo vaya mal. Otras son más dramáticas en su rechazo, amenazando con marcharse, y aumentando los daños y los abusos emocionales en la relación.
En esta fase del rechazo es obviamente difícil tener algún tipo de relación sexual, pues es excesiva la tensión creada entre ambos. Puedes sentir simplemente una falta de atracción y decirte a ti misma que es a causa de los niños o porque estás muy ocupada. Pero la verdad es que la química sexual yace enterrada bajo pilas de resistencias y resentimientos.
Muchas relaciones no sobreviven a esta tercera fase. Sin embargo, si no os separáis y continuáis dejando que esos sentimientos de rechazo crezcan, entraréis en la fase final de las cuatro erres, la represión. La represión es el estado de entumecimiento emocional. Entras en esta fase cuando estás tan cansado de resistir, resentirte y rechazar que reprimes todas las emociones negativas, adormeciéndote a ti mismo para sentirte cómodo. Te dices:«Bueno, las cosas no están tan mal»o«de todos modos, somos demasiado mayores para vivir romances»o«hemos de seguir juntos por el bien de los niños». Tu vida sigue, pero sin pasión. Mediante la represión de la tensión, también consigues reprimir tu alegría.
La represión es la más peligrosa de las cuatro erres, porque en esta fase, puedes engañarte a ti mismo creyendo que todo va estupendamente. A menudo veo a parejas que obviamente atraviesan por problemas, pero que niegan queéstos existan.«Todo va bien, ya lo hemos solucionado todo», insisten. Por supuesto es probable que apenas tengan, si la tienen, vida sexual. Una pareja en la cuarta fase incluso puede parecer contenta: nunca se pelean; se comportan cortésmente el uno con el otro. Hasta podrías envidiar esa relación, hasta que un buen día oyes que se han separado o que se han divorciado, y piensas:«No lo entiendo, si parecían la mar de felices».«Parecían»es exactamente el término adecuado. Reprimieron todas sus emociones desagradables y acabaron matando su relación.
Luego estate atenta a las cuatro erres. Tan pronto como notes que se acumula tensión, habla acerca de tus sentimientos con tu pareja, preferentemente usando el mapa emocional. (Véase la pregunta 38.) Es bastante más fácil resolver un conflicto pequeño que uno grande que se ha ido alimentando durante mucho tiempo.¡No esperes! No desprecies temas que pueden parecer«demasiado insignificantes». Incluso aunque tu relación estuviera en una fase avanzada de las cuatro erres, es posible hallar de nuevo el camino para volver a recuperar el amor.¿Cómo? Reconociendo toda la tensión emocional, hablando acerca de ella y superando los resentimientos que levantaron los muros entre vosotros. En las preguntas 10 y 38