30. Por que a algunos les gusta correrse en la cara de ellas y por que a otros les gusta tanto darlas por detras

El hombre viene del cerdo, aunque nos hayan dicho que venga del mono. De mono tenemos que nos la pelamos dia si, dia tambien, y del cerdo tenemos casi todo. Los cerdos son como si cogieras a una persona, le cortaras los brazos y las piernas, los tumbaras y les pusieras unos muñones como patas. No me negareis que incluso hay tias con cara de Peggy, de cerdita. Y tios que parecen unos cerdazos de la ostia. Ni se lavan ni se cambian los calzoncillos en semanas. Partiendo de la base de que somos mas cerdos que monos, el sexo es un area bastante cochina. Esa mezcla de fluidos, esos olores tan raros, ese sudor cayendo y mojando a todo quisque, y la corrida? Hala, echa todo eso en cualquier lado y dejalo perdido. El sexo es cerdo, muy cerdo, y cuanto mas educado y mas tiquismiquis es uno, menos lo hace, porque sabe que se va a enguarrar bastante. Una de las cosas que mas le gusta a los cerdos es marcar a sus hembras, como cuando el granjero marca a sus vacas con un hierro candente, pues lo mismo. Los gatos suelen marcar su territorio con meados, los perros tambien. El hombre no iba a ser menos. Muy dentro de nosotros existe esa fijacion por marcar lo que creemos que es nuestro, y de ahi que nos gusta lefar la cara de las que nos tiramos. Y por que la cara y no otro sitio particularmente? Pues porque el rostro es lo que mas tenemos expuesto a los demas. Lo que todo el mundo ve. Y queremos que todo el mundo vea nuestro brochazo (aunque luego no quede ni rastro, pero psicologicamente funciona). Las tias deben de flipar bastante con nuestras fantasias. Vamos, a mi una tia me dice que quiere echar sus flujos en mi cara, o que me los trague y la mando a paseo. Pero al reves muchas acceden por vicio o por satisfacer a sus parejas. Asi son ellas, unas santas que aguantan todo lo que las echemos, jaja.

Otra de las cosas que muchos quieren hacer con ellas es porculizarlas. Ponte el culo en pompa que voy. Muchas se niegan en redondo, pero otras acceden a esa fantasia. Yo digo lo mismo, si mi novia quiere hacer el medievo con mi culo la digo que se ha equivocado de pareja. Mi culo que ni el viento lo toque. Pobrecillas lo que tienen que soportar si no les gusta ese acto… Y por que a muchos tios les pone esa guarrerida? No se ponen nunca en la situacion de ellas? Creo que no. Se dice que el que le gusta hacer sexo anal es porque es un poco mariconcete y no lo sabe. Ya que el que es bien macho no se anda con esas cosas, vamos, ni se le pasa por la cabeza. Seremos la mayoria de los tios mariconcetes, como dicen la mayoria de los gays que somos? No lo se, lo que si se es que a muchos les pone hurgar en anos y sentir que su polla atraviesa un culo de hembra. Es, si me lo permitis, como cuando un granjero marca con un hierro ardiendo a su presa, lo mismo que lo otro. Es una manera de decir: yo soy tu jefe, y tu mi presa, y a partir de ahora eres mia, de mi propiedad. Vivimos en una sociedad capitalista, individualista, todo se posee mediante el dinero. Si no se puede poseer a una mujer por el dinero (no se la puede comprar como antes se hacia en el mercado de esclavos), tiene que haber mecanismos que lo permitan. La imaginacion enloquece y produce lo que tanto se desea. El sexo anal es la metafora perfecta de la posesion de alguien. Conozco a un millonario que suele follarse a chicos guapisimos de 20 años, verdaderos tios buenos. El tio es un sesenton con barriga que disfruta poseyendolos porque de esa manera se siente superior a ellos. No es ya el sexo, sino el efecto psicologico. Te he dado por culo, he hecho lo que ningun hombre es capaz de hacer ni siquiera por dinero. Pero todos tenemos un precio, y muchos acceden a abrir su culito a cambio de una buena cantidad de dinero, o de posicion social, o bienestar. Ese millonario no folla por buscar el placer sexual, sino el placer de dominar a alguien. Por eso creo que, el que te lefen en la cara o que te den por culo es un ejercicio de poder sobre la persona a la que se le hace, un juego donde se ponen las cartas boca arriba, y donde se deja claro quien es el que manda, subjetivamente hablando.