LA PRIMERA VEZ

Si no se parte de la idea preconcebida de que se hallará la «perfección» y no se plantea tampoco un objetivo previo, ambos asumirán con naturalidad el primer encuentro.

Aún hoy, la sociedad es la principal creadora de una serie de mitos en torno a la «primera vez» muy alejados de la realidad, pero que generan ansiedad y muchas expectativas. De este modo, el estado emocional con que la mujer llega a su experiencia inicial es de una intensa sensibilidad, a la que se suma, entre otros muchos sentimientos encontrados, la preocupación ante la posibilidad de sentir dolor, así como cierta confusión por el desconocimiento del propio cuerpo, vergüenza, y temor al rechazo por tener que desnudarse delante del amante.

Con todos estos condicionantes, la probabilidad de que la primera relación sexual no sea satisfactoria es muy alta y puede marcar la vida sexual futura. En cambio, si no se parte de la idea preconcebida de que se hallará la «perfección» y no se plantea tampoco un objetivo previo, dejándose llevar por el instinto y los sentidos, abriéndose a la imaginación y tratando de sentir la máxima confianza, ambos asumirán con naturalidad el primer encuentro. Se trata solamente de dar el primer paso en el camino de la sexualidad, un mundo rico que se va conociendo poco a poco y en el que, a medida que aumenta la experiencia, se descubren nuevos matices cada vez más placenteros.