LA DAMA DE COMPAÑIA
«Mil hombres caerán a su derecha, y diez mil caerán a su izquierda…».
Salmo 91:7
Antes que nada, las damas de compañía son mujeres como todas las demás. En esencia, nada las diferencia de la mayor parte de las mujeres.
Tal vez tengan un conocimiento específico de algunos asuntos del sexo que las otras mujeres no tienen, además de una variación más frecuente de compañeros.
Pero créeme: la mayoría de damas de compañía, al comenzar a ejercer la profesión, era tan lega como cualquier mujer al comienzo de su vida sexual. Básicamente porque la gran mayoría empieza joven y todavía está descubriendo su propio cuerpo.
Hay un punto importante de enfatizar, que es el conocimiento adquirido por el tiempo de permanencia en la profesión, sea por la propia práctica y la observación de la realidad circundante, sea porque el aprendizaje pasó de una dama a otra. Eso se hace, y mucho. Pero no hay nada que ellas no puedan hacer que tú no puedas hacer. Si ellas pueden, tú también.
El hecho es que las damas de compañía entienden a los hombres porque lidian con ellos y saben sobre las tácticas del sexo porque lo practican mucho en su día a día. Pero quiero dejar en claro algo muy importante: ninguna dama de compañía será tan experta en el asunto como aquella mujer que, estando en una relación de muchos años, consigue preservarla de forma provechosa y mantener con él una buena convivencia.
La variación de compañeros sexuales no tiene tanta importancia en la experiencia como el variar las formas del sexo con el mismo compañero. Se aprende mucho más en la práctica diaria con la misma persona, pues tener buen sexo quiere decir sobre todo ser cómplice, crear vínculos, tener dedicación y afinidad con la otra parte.
Aprovecha las tácticas, los secretos y las técnicas reveladas en este libro para transformarte en la mejor profesional de cama para tu compañero. Créeme cuando te digo que invirtiendo en tu vida sexual, habrá beneficios automáticos de la otra parte: en circunstancias normales, él demostrará también un mayor interés y preocupación en agradarte.
Una mujer que es buena en la cama lleva las riendas de su relación, y obtiene de su hombre casi todo lo que desea.
«Cuando las mujeres se me aproximan, sé que estoy en desventaja. Estoy arrastrándome en la última fila, en sexta marcha, mientras ellas están en la mejor posición».
Ayrton Senna.
54 ¿Por qué ser una dama de compañía?
En el tiempo en que fui dama de compañía, conviví con muchas de ellas, tanto en los bares como en los anuncios de los periódicos, cuando me anunciaba junto con otra muchacha. Siempre preferí trabajar en equipo, pues así había mayores ganancias y seguridad.
Durante mis inicios en la profesión trabajé en burdeles, de modo que vivía con unas 40 muchachas. Compartíamos los cuartos, y por ende nuestras vidas.
Entre una conversación y otra siempre surgen las historias del pasado y los motivos por los que una fue a parar en la profesión. Son por lo general historias duras y muy conmovedoras. Y basándome en los relatos de muchas de estas chicas que conocí durante mis cinco años de profesión, puedo decir con seguridad que la gran mayoría empieza la profesión por necesidad, no porque quiera.
El 90% de ellas recurre a la profesión del sexo como tabla de salvación para resolver algún problema financiero o porque querían irse de su casa. Otro grupo mucho menor se vuelve dama de compañía por una razón simple: afrentar al padre, a la madre y a la sociedad. Ellas tienen necesidades de agresión y problemas emocionales, y en el fondo creen que la profesión mejorará su baja autoestima, con todos los elogios masculinos que reciben al inicio, por ser ellas en su gran mayoría jóvenes. Yo creo que simplemente necesitan terapia. Y hay un grupo menor todavía, formado por las chicas que gustan de la profesión y lo eligieron como un medio de vida, como cualquier otra persona elegiría la medicina, el derecho o la ingeniería.
Con todo lo que vi durante esos años, puedo afirmar que las chicas que se dedican al servicio por elección se encuentran en un número bastante reducido. Son el grupo más pequeño.
Hay además otro factor: el de la curiosidad. Sí, las personas tienen curiosidad, y algunas tienen también la osadía de satisfacerla, experimentando con la profesión del sexo como quien realiza una fantasía. Existen casos en los que la curiosidad se aúna a la necesidad, o al hecho de tener una muchacha problemas psicológicos como aquellos de los que hablé, pero difícilmente la curiosidad sola basta para que una ingrese al mundo del sexo. Si ese es el único factor, una irá, ejercerá unas pocas veces, saciará su curiosidad y no regresará más.
Ahora, hay también algo que va más allá de estos cuatro factores y que requiere una explicación más profunda. Si más de las tres cuartas partes de la población mundial vive en la pobreza y casi todos nosotros tenemos problemas psicológicos y traumas, ¿por qué no se hacen profesionales del sexo casi todas las mujeres? Porque existe un factor más: prácticamente todas esas muchachas vienen de un hogar desestructurado. No solo hace falta necesitar dinero y haber vivido traumas en la infancia, sino que también hay un desequilibro familiar detrás de eso: padre alcohólico, madre adicta, violencia doméstica, abuso sexual, etc.
Y hay que dejar una cosa en claro. Las muchachas pueden entrar al medio por alguno de los motivos citados, pero eso no quiere decir que sus valores no cambien en el proceso. Lo que quiero decir es que se entra por necesidad, pero luego de un tiempo quedarse se convierte en una opción.
Eso es lo que pasó conmigo y con muchas chicas que conocí. Nuestros valores cambiaron, al igual que nuestra relación con los hombres, el dinero y la sociedad.
55. Curiosidades de la vida de una dama de compañía
La mejor mujer del mundo: la de la vida.
El hombre más necesario del mundo: el cliente.
El hombre más especial: el que ella ama.
El hombre inolvidable: el que pagó por ella más de lo que ella pensó que valía. El ídolo: Onassis (a nadie jamás le gustó pagar tanto por las mujeres).
La santa predilecta: María Magdalena.
El cuento infantil más excitante: Peter Pan, aquel chiquillo zafado, lindo y lleno de energía.
El himno de cualquier zona rosa: Boate Azul.
Color de ropa interior: roja, eternamente.
Filosofía de vida: sacar al cliente la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo y con un mínimo de esfuerzo.
Regla básica: dinero en la mano calzón en el suelo.
El más grande invento del siglo: el preservativo.
El segundo más grande invento del siglo: el gel lubricante.
El peor invento del siglo: el Viagra.
El peor día: el domingo (no hay clientes).
El mejor encuentro: varias mujeres con un solo hombre (es menos trabajo).
Los mejores momentos del sexo con quien ella ama: el inicio, el medio y el fin.
Los mejores momentos del sexo con el cliente; el fin y el inicio, si el pago es por adelantado.
Los peores momentos del sexo con el cliente: el inicio, el medio y el pago si es solo a final.
El sueño de todas las mujeres (sean ellas de la vida o no): dos hombres, igualitos al que ella ama.
El sueño de todo hombre: dos mujeres, sean ellas como fueren (flacas, gordas, y si fueran de la vida y mejor todavía).
Lo que gusta a toda mujer (sea ella de la vida o no): el dinero.
Lo que gusta a todo travesti: los hombres (el dinero es obsoleto).
Lo que gusta a todo hombre: las mujeres y el dinero (para conseguir más mujeres).
La mejor sensación: el momento en que el cliente obeso se quita de encima de ella. El mejor pene: el pene pequeño que termina rápido.
El peor pene: grande, grueso y duro.
El peor cliente: el cliente ebrio (no se va nunca).
El mejor cliente: el cliente apresurado (se va de inmediato).
La posición preferida: en cuatro (el cliente termina rápido).
La peor posición: la del pollo asado (el cliente nunca termina).
56. Las damas de compañía son sinvergüenzas
Es la verdad más pura. Las damas de compañía no sienten vergüenza de mostrar sus cuerpos, aunque sean más bien imperfectos. Saben que el poder sexual no está en las formas, sino en la seguridad en sí mismas. De modo que se aprovechan de eso.
Además, los hombres adoran que las mujeres caminen desnudas y de forma desinhibida frente a ellos. Hace falta que las mujeres entiendan que el concepto de belleza es distinto para ambos sexos, y no por poco. Ellos no dan importancia a algunas de nuestras imperfecciones, ni reparan mucho en aquello a lo que nosotras prestamos atención.
Si no llamas la atención de tu compañero sobre alguna parte de tu cuerpo que no es tan perfecta, él no va a prestársela por su cuenta.
Las damas de compañía se pasean por la habitación como si estuviesen vestidas. Tampoco tienen vergüenza de estar desnudas frente a una multitud, porque el que muchas personas las vean sin ropa ya es rutina para ellas.
Es esa seguridad lo que seduce a los hombres. Si te fijas, verás que por lo general las damas de compañía se conducen con confianza. Pueden empezar a ejercer la profesión tímidamente, pero no tardan mucho en perder la timidez.
Y puede ser que, en un comienzo, un hombre encuentre graciosas las maneras tímidas de una mujer, pero eso será solo al comienzo.
57. Cómo provocan las damas de compañía en los lugares públicos
En los lugares públicos es preciso ser discreta, así que hay que recurrir a algunos secretos para ayudarse a conquistar un hombre o un cliente.
La vista es un fortísimo aliado a la hora de la seducción. Es lo primero que se usa y se puede transmitir deseo a través de ella. A los hombres les encanta que se los provoque.
La boca de una profesional del sexo siempre recibe atención, por lo cual siempre la enfatizan con pintalabios. Yo tenía costumbre de pintarme los ojos y la boca con colores fuertes.
El paso siguiente sería practicar una sonrisa maliciosa. A los hombres les gustan las sonrisas y no les gustan mucho las mujeres demasiado serias. Hacer gestos con la boca y morderse los labios también es bienvenido. Viene bien tocarse sutilmente la boca con el dedo mientras se mira al hombre a los ojos.
Después de esos pasos, no habrá hombre que dude de que la mujer está interesada en él.
Ahora, hay que enfatizar que estas son tácticas de conquista sexual, no de conquista seria. Quien quiera un compañero a largo plazo deberá enmascarar sus intereses. Lo aquí explicado es juego rápido y solo puede ser usado por una mujer que desee un encuentro sexual.
Si una muchacha utiliza esta estrategia, es posible que solo pasen segundos antes de que el hombre se pase a su mesa, en caso de que no haya algún impedimento.
Si eso no sucede, siempre están las posibilidades de la falta de interés o la timidez. En ese caso y de haber oportunidad, habrá que caminar lenta y sensualmente a alguna parte, siempre y cuando haya que pasar frente a él.
Entonces la muchacha mirará al hombre a los ojos y podrá saber si existe reciprocidad —o no. Algunas aprovechan la oportunidad para dejar una tarjetita, otras, de ser seguidas, dejan en claro de qué se trata.
Pero lo más probable es que el hombre la abordará cuando ella vuelva a su lugar inicial, o se sentará a la mesa de ella, o la invitará a que se siente en la suya.
Y si no pasara nada, la muchacha pasará al siguiente candidato, porque está claro que con ese no resultó.
A la mayoría de las damas de compañía no les importa el que no haya reciprocidad con tal o cual tipo, porque entienden perfectamente que una no puede gustar a todo el mundo. Con ellas, además, la fila avanza bien rápido.
58. Cómo conquistan las damas de compañía en las casas de citas
Es mentira que las chicas más bonitas hagan mejor negocio en las casas de citas. Las mejores profesionales, las que hacen más negocios por noche, son las que tienen más facilidad de palabra. Son las buenas conversadoras y las que tienen un estilo más liberal para trabajar.
Del mismo modo que las mujeres que más hombres conquistan son las más seguras de sí mismas, las que conquistan más clientes son las más seguras de sí mismas.
Por lo general, cuando un cliente llega, lo primero que hace es dirigirse a la barra o a una mesa para ver el movimiento de la casa, sea en cómo se conducen las muchachas o en el baile del striptease.
Así, lo que normalmente sucede es que mientras él bebe, una muchacha se le acerca, independientemente de haber encontrado reciprocidad en su mirada o de que él la haya invitado. En seguida, ella pregunta si se puede sentar junto a él. Si él lo permite, ella se aproximará y comenzará a preguntarle su nombre, de dónde es y en qué trabaja. Todo esto susurrado al oído.
El paso siguiente será acariciar al cliente, y lo que pasa después es que él probablemente hará lo mismo con ella.
No pasará mucho antes de que ella pida una bebida. Probablemente elegirá una de las más caras, pues los burdeles pagan una comisión por la bebida que ella hará consumir al cliente. Al contrario de lo que todos piensan, en casi un 90% de los burdeles el precio acordado entre la muchacha y el cliente se lo quedará ella entero, sin tener que pasar una parte a la casa. Estos bares lucran esencialmente con las bebidas, que están mucho más caras que las de un bar normal; con el alquiler de los cuartos para la realización del servicio; con el pago de los clientes por la entrada; y con el pago de salida de la muchacha en caso que el cliente quiera llevársela a pasear.
El cliente, habiendo pagado la bebida cara que ella ha pedido, ya se encuentra propenso a solicitar el servicio. Entonces ella se queda en la mesa, pues probablemente saldrá ganando. Hay que enfatizar este detalle: PROBABLEMENTE SALDRÁ GANANDO, mas no siempre ganará; hay clientes que van a los burdeles, se quedan conversando toda la noche con alguna chica, usan su tiempo gratuitamente y no dejan en claro que no requerirán el servicio esa noche. Me ha pasado ¿sabes?
Con el tiempo y la experiencia, la dama de compañía aprenderá a identificar a los clientes promisorios y a los que no procurarán ganancia. Una adquiere una intuición para lidiar con las situaciones inesperadas que pueden presentarse.
Ese es, con algunas variantes, el trabajo de una dama de compañía. Otra táctica para ganarse al cliente en un burdel es el famoso striptease.
Como siempre digo, a los hombres les encantan que se les provoque. Al quitarse la ropa en un baile sensual, lo que se hace es provocarlos de manera directa. Una empieza a bailar, por lo general sobre el escenario, se empieza a quitar las prendas poco a poco y baja a las mesas donde están los clientes, procurando acercarse a las de aquellos que no están acompañados de otras muchachas. (Sería una falta de ética trabajar a un cliente que otra ya esté trabajando). Conforme pasa junto a los clientes solos, una los va provocando, sentándose desnuda en sus regazos, diciéndoles obscenidades al oído y contoneándose delante de ellos, pero siempre sin dejarse tocar: la estrategia es provocar sin satisfacer. Si, estando desnuda, una se dejara pasar la mano, entonces se pierde la gracia.
Esa es una de las tácticas para ganarse rápidamente a un cliente, pues en un baile de cinco minutos se puede captar la atención de prácticamente todos los hombres desacompañados del salón, y las oportunidades de trabajar se vuelven mucho mayores.
El funcionamiento de una casa de citas es diferente de lo que se cree. Se suele pensar que las muchachas se la pasan caminando desnudas y que los hombres las escogen y las mandan a llamar. Algunas pueden acabar por adoptar esa rutina, pero en la mayoría de las casas son las damas las que van al ataque. Es por eso que no todo depende de la belleza física, sino de la labia y la experiencia.
¿Qué se viste en una casa de citas? Depende de la casa. Las de clientela más selecta suelen establecer patrones en la ropa de las muchachas, pero las de nivel medio y pequeño dejan libertades en este aspecto. Como ellas son en su mayoría jóvenes adultas, su ropa es moderna. Las minifaldas y las botas forman parte del uniforme, pero también se acepta variaciones, como los leggings, los jeans a la cadera, los tops, TACÓN ALTO SIEMPRE y las prendas que luzcan el cuerpo en general.
Solo se desnuda por completo quien hace el strip. Como bien dije, una mujer que pretenda atraer miradas no puede descubrirse del todo, porque pierde la gracia. La curiosidad también excita a los hombres.
59. Las damas de compañía piensan como los hombres
Eso es una verdad: de tanto convivir con hombres, las damas de compañía aprenden a razonar como ellos razonan. Y por eso los conocen por lo que son, bajo una óptica racional; las mujeres tradicionales, en cambio, ven a los hombres bajo una óptica romántica.
Esa es una de las razones por las cuales muchas afirman que luego de entrar a la profesión, no se puede volver a ver a los hombres de la misma manera. El hecho de conocerlos íntegramente hace que pierdan esa esencia romántica y se den cuenta de que los cuentos de hadas existen solamente en la imaginación femenina.
«Despierta, Cenicienta! No existen los príncipes en caballos que escriben cartas de amor. Ellos vienen en carro y envían emails».
Pasaje de mi libro El Diario de Marise
Prácticamente no hay excepción a esta regla. Hoy en día, no usar preservativo supone una falta de respeto al cliente, a la dama de compañía misma y a la profesión. Ha pasado a ser una falta de educación, profesionalismo y buen tono. La chica que no use preservativo es vista por sus propias colegas como una profesional descalificada.
60. Las damas de compañía usan preservativos y gel lubricante
El gel lubricante es un accesorio indispensable, pues ayuda a evitar que el preservativo se rompa. Esto suele suceder por causa de la fricción, pues como usualmente las profesionales no están realmente excitadas, su lubricación natural es mínima, lo que puede hacer que el preservativo se rompa.
¿Y qué hace una dama de compañía si el preservativo se rompiese de todos modos?
Si no usa una inyección anticonceptiva, tomará una píldora del día siguiente, y además se aplicará un ungüento vaginal especial, con la ayuda del bidet, con el fin de evitar las pequeñas infecciones que puedan ocurrir.
Hay que tener en cuenta que dicho producto, que se vende en Brasil bajo el nombre de Flogo-Rosa, no evita que una sea infectada por el VIH. Solo se usa para evitar otras posibles infecciones.
Así que hacerse la prueba del VIH cada seis meses se vuelve necesario.
De hecho, existen recomendaciones realizadas por el Ministerio de Salud brasileño, que programa días especiales de realización de exámenes rápidos y dosificación de medicamentos en caso no se tenga información precisa sobre la salud del compañero con el cual el preservativo se rompió.
El detalle es que estos días no siempre se programan los fines de semana y en el periodo nocturno, lo cual impide que la profesional empiece a usar el medicamento a la hora adecuada, es decir, a menos de dos horas del probable contacto con el virus.
Llevar gel lubricante y condón en el bolso es tan común que varios clientes me han dicho que han llegado a desconfiar de alguien con quien salían solo porque los llevaba. Ellos tienen formado el concepto de que toda mujer que anda llevando gel lubricante y condón es dama de compañía, porque saben que ese hábito es parte de la cultura de las profesionales.
61. Los secretos del striptease
Toda dama de compañía, a la hora de realizar un strip, hace de cuenta que es perfecta y muy atractiva, independientemente de serlo o no. En el fondo, la seguridad en una misma es un secreto fundamental. Imagínate un striptease en que la mujer deje ver que se avergüenza de su propio cuerpo. Sería totalmente inaceptable. Te cuento una cosa: en el strip la forma de moverse es mucho más importante que la forma del cuerpo.
Es buen consejo familiarizarse con la música desde mucho antes de emprender el strip, pues hace falta que una memorice los cambios y momentos para poder realizar los movimientos al mismo ritmo. Las strippers profesionales prefieren la música intensa, como la música electrónica, el pop rock o cualquiera que tenga mucha percusión. En toda casa de citas se encuentra en algún momento a alguna muchacha desvistiéndose al son de Madonna. Aunque la música suave o romántica también es apreciada, la música intensa suele tener mayor impacto.
El striptease resulta bonito cuando se realiza sobre tacones altos. Pueden ser plataformas o taco aguja, pero mientras más alto, más sensual resultará el strip.
La vista es un punto clave: al encarar de ese modo al hombre, la mujer dominará la situación, pues él se sentirá totalmente frágil delante de una mujer tan osada. En el juego del strip la mujer domina el proceso de seducción. Ella decide en qué momento se va a quitar la ropa, si él podrá acercársele o si ella le dejará pasar las manos por su cuerpo.
Los movimientos son siempre sinuosos, y siempre que la muchacha mire al hombre será directamente a los ojos. Una se quita la ropa mirándolo a él y no a la prenda que está cogiendo. Quitarse la falda o el calzón es siempre lo más difícil, pues debe hacerse sin que los ojos de la stripper se aparten de los del hombre. Para que la prenda no se enganche entre los tacones, hace falta mantener los pies juntos a la hora de sacársela, mientras ella probablemente estará ya en el suelo.
Otro recurso útil es usar calzones con lacitos a los costados, más fáciles de ser quitados. Se puede inclusive hacer algo gracioso con el calzón, desatando los dos lados y moviéndolo entre las piernas, para adelante y para atrás mientras se camina, manteniéndolo bien estirado y cogiéndolo bien por las puntas. Ese es un movimiento muy sensual.
Otros calzones muy interesantes para el strip son los de botones y los que tienen un ganchito metálico al costado, Las strippers profesionales son muy aficionadas a los de ganchito. Siempre tienen que ser minúsculos, eso sí.
Conforme avanza el baile, las piezas van siendo lanzadas a la platea, o hacia alguien en especial. Por lo general, la casa paga por los strips; pero hay casos en que el cliente los pide, de modo que ella lo hace delante de todos, lanzando la ropa que se quita al patrocinador de la performance para que todos lo vean.
Un striptease profesional se suele dividir en tres partes: una inicial, en la que la muchacha solo bailará y llamará la atención sobre sus curvas, sin mostrar nada. Esa parte suele durar una tercera parte de la canción. Sí, una no le arroja la ropa al hombre de inmediato.
En la segunda parte se realiza el striptease en sí. Cuando la ropa comienza a ser retirada, siempre hay que mostrar el modo en que se quita cada prenda. Por ejemplo, para abrir algún cierre o botón siempre hay que voltearse de tal manera que se lo pueda ver, y habrá que hacer que la acción dure lo más posible. ¡Hay que crear suspenso! Y luego de qué salga la prenda, digamos, la blusa, viene bien continuar cubriéndose los senos con las manos, aumentando la curiosidad de los hombres, y de ese modo su excitación. Los calzones son siempre lo último en ser quitado, y lo de arriba siempre lo primero.
En la tercera parte, la muchacha desfilará desnuda frente a su platea, o frente a aquel que la contrató. Aunque hay variaciones entre performances, así suele ser el procedimiento.
Las strippers no dejan que los clientes coloquen sus manos en las partes más íntimas de su cuerpo. Ver mas no poder tocar es algo que excita mucho a los hombres.
Sugerencias musicales:
—Satisfaction, en la versión de Britney Spears.
—Slave to love, de Brian Ferry (es la canción de 9 semanas y media).
—You can leave your hat on, de Joe Cocker.
—Garota nacional, de Skank.
—Holiday, de Madonna.
—Like a prayer, de Madonna.
Sugerencias de vestimenta:
—Conjunto de minifalda, plataformas, top y blusita por encima.
—Uniforme de equipo de fútbol con lencería muy sexy por debajo.
—Disfraz de enfermera.
—Disfraz de colegiala.
—Vestido largo con la espalda descubierta, en caso de usar música lenta.
62. La posición sexual que las damas de compañía usan más fácilmente
La posición sexual en la que se logra que el hombre alcance el orgasmo más rápidamente es poniéndose de a cuatro, con el hombre detrás de la mujer. No solo por el factor psicológico de encontrarse en una situación de dominación en la que el sexo se representa como una relación estrictamente carnal, al quedar los besos y las miradas imposibilitados, sino también porque permite una penetración más profunda. Esta combinación de factores lleva al hombre a terminar más velozmente.
En esta posición, los hombres que tienen problemas con la eficacia de su erección tendrán más facilidad para penetrar a la mujer. Inclusive permite que el hombre penetre a su compañera aún si su erección no es completa.
Recuerdo que, estando en el dormitorio, cuando me daba cuenta de que me encontraba con un cliente que tenía alguna dificultad para tener el pene bien rígido, yo usaba esa posición para mejorar mi trabajo.
El único problema es cuando el cliente sufre de eyaculación precoz. Si ese es el caso, ni pensar en esta posición. La situación en sí lo excita tanto que todo el proceso se acelera y lo que debería durar cuando menos unos minutos acaba durando menos de uno.
De modo que nunca te pongas en cuatro para un hombre que sufre de eyaculación precoz.
63. Vibradores especiales para los hombres
La prótesis más indicada para los hombres es aquella que cuenta con un vibrador.
Las damas de compañía prefieren los modelos que vibran por dos motivos principales. En primer lugar, si el instrumento no vibrara el movimiento podría cansar los brazos.
En segundo lugar, la vibración causa mayor placer en el hombre, porque sus movimientos son repetitivos sin causar daño, una vez que se puede medir mejor la penetración.
Si a los hombres les gustan los vibradores no es porque tiendan a la homosexualidad, sino porque disfrutan que su próstata sea masajeada. Además, ellos poseen mayor cantidad de terminaciones nerviosas en la región anal, por lo cual es una zona más sensible.
Es por eso que, mientras no todas las mujeres sienten placer en el ano, son muchos los hombres que lo disfrutan.
64. El beso negro
Los hombres sienten mucho placer con el beso negro, y muchas veces se me ha hecho ese pedido en la intimidad de las cuatro paredes. Eso mismo: a ellos les gusta que se les estimule el ano con la lengua.
Un consejo: quien así lo quisiera, puede aprovechar el juego del beso. A la hora de besar las nalgas de tu compañero, pasa delicadamente la lengua por su ano para provocarle sensaciones, y luego bésalo. Verás cómo lo atraviesa una onda de placer. Experimenta contigo misma, pidiendo a tu compañero que haga lo mismo.
Imagina un reloj superpuesto al ano de tu compañero, en el que la marca de las doce coincida con el perineo: los puntos más sensibles son las marcas de las 10 y las 2, es decir, los puntos más próximos al perineo.
Solo asegúrate de cuidar la higiene: un buen baño los dejará a los dos más dispuestos a acariciarse de una manera más íntima.
65. Los gritos a la hora del orgasmo
Las damas de compañía fingen mucho, y la práctica permite que perfeccionen su simulación. Sus gritos acaban por parecer reales. Conviene recordar que en el caso de la profesional del sexo, la propia satisfacción sexual no es el interés principal, sino que lo es la del cliente. Lo que a ella le interesa es la ganancia por su trabajo.
Si se va a fingir, es buen consejo no hacerlo en silencio: los gemidos deben crecer y llegar a las exclamaciones y los gritos.
Las mujeres que gritan en la cama al tener un orgasmo excitan más a los hombres.
66. Sexo oral profesional
Presta mucha atención a lo que te voy a decir: a los hombres les gustan los orales bien hechos. A continuación voy a dar todos los consejos necesarios para ello, así que presta mucha atención. No olvides esto, que es muy importante: busca ir a fondo en el oral, deja que tu boca sea penetrada profundamente, y si te sientes audaz, deja que termine dentro de tu boca, pero no escupas. Tienes que tragártelo. Si vas a escupir, es mejor no dejarle que termine en tu boca, porque se pierde todo el encanto.
No hay hombre al que no le guste recibir sexo oral. La lengua y la boca tienen la temperatura y la humedad ideales para realizar las caricias más excitantes. Por increíble que parezca, el sexo anal no es el campeón del ránking de las preferencias sexuales masculinas. ¡Nada de eso! El vencedor es el oral. De modo que esta es la práctica que más aprovechan las damas de compañía.
El primer gran consejo es mantener la boca y la lengua bien humedecidas. Ya que el glande es una región muy sensible, es preciso evitar la fricción en seco, y la saliva ayuda a hacer las sensaciones más excitantes, pues facilita el deslizamiento.
Se comienza por hablar, diciendo cuánto disfrutas practicar el sexo oral a tu compañero. Aunque al comienzo no esté excitado, terminará por estarlo en cuanto te oiga. Cuando era dama de compañía, algunos de mis clientes llegaban con ganas de usar el servicio, pero sin una erección, de modo que recurría a esta estrategia para acelerar su proceso de excitación.
Mientras hablas, aprovecha para masajear y acariciar sus testículos, uno a la vez. Le va a encantar, créeme.
Después de hablar, toma su pene con seguridad: no delicadamente, como quien tiene miedo, sino con firmeza y dominio.
Lo que estoy contando aquí son los secretos profesionales para un oral exitoso.
¿Estás segura de haber hablado como debías? Entonces llegó la hora de poner el oral en práctica. Empieza por el glande, envolviéndolo por completo con la boca muy húmeda. En ese momento la lengua quedará flácida, mientras se realizan movimientos hacia arriba y abajo, ya sacando el pene por completo de la boca, ya subiendo y bajando sin parar. Lleva el pene hasta lo más profundo de tu garganta. Aunque al comienzo sea incómodo, con la práctica las damas de compañía pierden al sensación de reflujo causada cuando el pene toca la epiglotis.
En caso de que el cliente sufra de alguna imposibilidad de erección, sea psicológica o fisiológica, existe un secreto muy útil. Mientras se realiza el oral, una de las manos se planta en la base y estrangula el cuerpo del pene en esa región, entre los testículos y el comienzo del cuerpo peniano. De este se disminuirá el regreso de la sangre y el pene quedará más erecto. Se hace con la mano lo que haría el anillo peniano en la misma región.
La región de mayor sensibilidad es el glande, pero en ella se puede encontrar una microregión más sensible todavía: el freno del prepucio. Este debe recibir atención especial. (Viene bien revisar un libro de anatomía para dar con su ubicación exacta, o, en todo caso, buscar imágenes de anatomía peniana en la Internet).
Es allí donde se tiene que concentrar la atención. Hay dos maneras de estimular el freno del prepucio oralmente. Una de ellas es esta: con la lengua humedecida y rígida, y sin colocar el glande en la boca, frota el freno solo con la punta de la lengua. Recórrelo así longitudinal y transversalmente.
En la segunda manera, se envuelve el glande con toda la boca; también se acaricia el freno del prepucio, solo que con la lengua flácida. A pesar de que la parte más erógena del pene es el ápice, se explora todo el cuerpo peniano, y se pasa la lengua por el reverso de él, con pausas para lamer también la zona de la ingle. Las profesionales del sexo se concentran en los movimientos repetitivos, comenzando el oral lentamente y después acelerando los movimientos.
Para aumentar la fuerza del orgasmo, se hace que el momento dure el mayor tiempo posible, cambiando de ritmo en cuanto el hombre estuviera a punto de eyacular. De este modo, las damas controlan el momento en que quieren que su cliente termine. Los cambios frecuentes en el movimiento retardan la eyaculación, así como los repetitivos y vigorosos aceleran el proceso.
Para prolongar más su placer y su excitación, también hay una pausa momentos antes de terminar. Después de ella, todo se retoma nuevamente, solo que de manera muy lenta.
Los hombres son unos verdaderos narcisistas en lo relacionado a sus penes y su semen. Les encanta ver expresiones de deseo en el rostro de quien los estimula oralmente.
Para causar mayores efectos en el hombre, se puede tener pastillas de Halls negro en la boca durante la práctica del oral, como si fuesen pedacitos de hielo; ambos (el Halls y el hielo) causan sensaciones térmicas inusuales que excitan a los hombres.
67. Sexo anal
A muchos hombres les fascina el sexo anal, pero se engaña quien cree que todos prefieren el Lado B. Para muchos hombres esta es una práctica completamente prescindible, que sirve como complemento de una relación pero jamás como su fundamento. Esto a pesar de que a menudo oigamos decir erróneamente que un hombre nunca rechazará un anal. A muchos les da lo mismo, realmente. Lo sé porque conmigo se sentían en total libertad para hablar de sexo y pedir lo que quisieran; en esa situación, muchas veces los oí decir que el sexo anal no era realmente importante en una relación, sea con una profesional o con su pareja.
Los fascinados por la práctica conforman alrededor del 50%. Ellos dicen que les gusta porque es algo prohibido, porque pocas mujeres lo hacen y porque la musculatura del ano es más apretada que la de la vagina. Es decir que son motivos fisiológicos y psicológicos los que inclinan a ciertos hombres hacia el sexo anal, sin que este sea el deseo de todos.
Ahora contaré un buen secreto que aplican las damas de compañía al practicar el sexo anal. Como para ellas no siempre existe el deseo sexual de realizar la práctica que se les propone, se vuelve preciso dar con la manera de que esta no resulte tan incómoda.
Las chicas que en un principio no estuvieran tan excitadas en esa posición se adhieren a esta estrategia de trabajo, de tal manera que muchas inclusive alcanzan el orgasmo de forma espontánea.
Mis clientes me contaban que a sus esposas el sexo anal no les gustaba por dos razones: el dolor y la dificultad con que se llegaba al orgasmo. Los consejos que siguen prácticamente acabarán con esos problemas.
1) Se adopta una posición en la que el pene vaya a entrar al cuerpo en un ángulo de 90 grados. Puede ser en cuatro o de costado, según la dama de compañía se sienta mejor. Hay que recalcar que el ángulo de 90 grados es adecuado para el inicio de la penetración, pero después de eso hay que ajustarlo según el cuerpo de cada una, de modo que también se recomienda realizar ajustes hacia arriba y hacia abajo, siempre y cuando resulten cómodos. Siempre será quien recibe quien determinará el ángulo, de modo que la persona deberá probar con diferentes movimientos para saber con cuáles se adapta mejor.
Si una prefiriera estar echada de costado con las rodillas flexionadas, resultará evidente que así es más difícil que entre todo el cuerpo peniano. Esto es algo recomendable cuando el cliente tiene un pene de tamaño considerable, aunque de todas maneras la comodidad seguirá dependiendo de la anatomía de cada quién.
De hecho, yo recomendaría esta posición a las mujeres que recién comienzan con una relación anal.
2) Hay que poner mucho gel lubricante en la región anal, y también en el clítoris.
3) Y ahora, la información más importante: al mismo tiempo que se introduce el pene, se pasará a estimular el clítoris, masturbándolo con los dedos cubiertos de gel para que la fricción disminuya y el placer aumente. De este modo la dama de compañía se relajará y no contraerá los músculos del ano, lo que acabaría por causarle dolor.
Mientras más se estimula la dama de compañía, más se excita, y por ende se relaja más. De este modo también llegará fácilmente al orgasmo. Otra cosa que sucede es que el propio cliente la masturba, sea pasando la mano por el trasero y tocando su clítoris mientras están en cuatro, sea tocándola con mayor facilidad mientras se encuentran en la posición del pollo asado.
Hay que dejar en claro que la mayoría de las mujeres que llegan al orgasmo durante una relación anal (ya sean estas damas de compañía o no) lo logran porque su clítoris está siendo estimulado mientras avanza la penetración anal. Si eso no sucede, es muy difícil que una mujer llegue al orgasmo. Cuando algo así pasa es porque la mujer entró en un estado de excitación psicológica intensa parecida al estado tántrico, de modo que es capaz de disparar el proceso orgiástico. Las mujeres tienen más facilidad para los orgasmos clitorianos que para los vaginales o los anales.
Pero casi todas están de acuerdo en una cosa: los orgasmos anales suelen ser más intensos.
Se puede usar gels lubricantes con anestésicos para suavizar el dolor, los cuales se pueden encontrar en las sex shops. Pero hay que tener cuidado de solo aplicarlos sobre la región anal y no sobre el clítoris, pues de otro modo una se adormece y no siente más nada.
Un buen consejo para quien quiera darse besos en la boca mientras se tiene sexo anal es hacerlo con la mujer echada de bruces con una almohada bajo el trasero. El hombre la penetra y se echa por encima y así podrá besarla en la boca. Esta posición también resulta cómoda para la mujer en comparación a estar en cuatro.
Hay formas de evitar determinadas situaciones desagradables, como por ejemplo el que el pene y el preservativo salgan sucios después de la relación. Para que esto no ocurra, bastará que se use una duchilla higiénica antes de la relación. El procedimiento es el mismo que el de un lavado intestinal: un líquido se introduce en el recto a través de la duchilla, que el cuerpo habrá de expulsar luego de ser retirada la ducha. Al salir, el líquido se llevará todos los restos que puedan estar en el lugar, dejando así limpia la región. Un detalle: nunca uses el bidet para realizar la limpieza de tu recto. Quien tuviera una ducha higiénica junto al retrete en casa siempre puede usarla con el mismo objetivo. Basta que se la coloque en el ano y se la encienda: nuevamente, el procedimiento y el resultado serán similares a los de un lavado intestinal.
¿Has notado que en las películas pornográficas los actores siempre están limpios luego de tener sexo anal? Ellos utilizan el mismo método. Para hacer más eficaz la higienización, usa agua tibia de la ducha para llenar la duchilla higiénica, que tiene la forma de un globo que crece de un tubo que se introducirá en el recto. La duchilla puede encontrarse en las farmacias a bajo precio.
Vaciarse el recto también ayuda mucho a disminuir el dolor.
Y eso es lo que hacen las damas de compañía para evitar esa clase de situaciones desagradables.
68. Disminuyendo y aumentando la erección
Por lo general, a los hombres les gusta la cerveza, y disfrutan beberla en los momentos de relajamiento y diversión. Resulta un inconveniente si la beben media hora antes del sexo. Para la mayoría de los hombres, la cerveza tiene efectos contrarios a la erección, y muchos no se dan cuenta de ello. Sucede que la cerveza disminuye los reflejos del sistema nervioso central, lo que culmina en la disminución de la erección.
Lo mismo sucede con el uso de la cocaína. Los hombres que usan esa droga son prácticamente incapaces de tener una erección. Por increíble que parezca, de hecho, la cocaína aumenta la excitación, pero sin provocar la erección.
Muchos cocainómanos me contrataban cuando era dama de compañía. Como estaban excitados sin poder conseguir una erección, lo que pasaba era que yo los tenía que penetrar con un vibrador para que llegaran al orgasmo. ¿Sabías que el 90% de los usuarios de cocaína hace eso? Por desgracia eso lo saben solo las damas de compañía, pues con ellas no tienen vergüenza de pedir lo que quieren.
El whisky hace exactamente lo contrario que la cerveza. Es un vasoconstrictor, lo que quiere decir que disminuye el diámetro del vaso sanguíneo, aumentando la presión y la concentración sanguínea en el lugar, lo que hace que la erección sea más eficiente. También se puede retardar la eyaculación con este proceso. Aunque suene increíble, solo basta un vaso de whisky para hacer una notoria diferencia. La diferencia entre él y la cerveza se debe a que el primero es una bebida destilada, lo que aumenta la presión sanguínea, mientras que la segunda es una bebida fermentada. Otras bebidas, como el coñac o el vodka tienen el mismo efecto que el whisky.
Lo que no se debe hacer es usar las bebidas alcohólicas como un tratamiento para la impotencia y la eyaculación precoz. Para eso existen métodos más adecuados, como los remedios y los tratamientos psicoterapéuticos.
Aquí solo he explicado la relación que existe comúnmente entre la bebida y la erección, de la que muy pocas personas son conscientes, entre ellos los propios hombres.
Luego de más de cinco mil servicios es imposible no ver dicha relación. Muchas veces los clientes me esperaban en el cuarto con una lata de cerveza o un vaso de whisky, y al ver la bebida ya me hacía una idea de lo que probablemente me encontraría y de cuál sería la estrategia que tendría que adoptar para que el trabajo salga bien. A las damas de compañía no les gustan los clientes que beben, y si bebieran algo destilado, peor aún.
69. La posición sexual 69
Las cosas no podrían ser de otra forma con la posición 69.
¡A ellos les encanta! Pero son pocos los que la solicitan a las damas de compañía, pues no sienten seguridad en relación a la higiene de las muchachas y les preocupan los riesgos de contaminación.
Además de que muchos los quieren pero pocos lo piden, tampoco son muchas las mujeres que lo hacen.
¿Pero por qué les gusta tanto esta posición a los hombres? Porque con ella pueden recibir y dar placer. Ella permite que los dos compañeros se estimulen mutuamente y para el hombre es importante saber que ella está sintiendo placer, porque eso lo excita todavía más.
Consejos para hacerlo como se debe:
No se puede tener pudor.
La posición 69 debe ser vista y abordada como una posición que permite la intimidad dentro de la pareja y que es muy excitante para sus miembros.
En ella la higiene es fundamental. ¿Qué tal un baño juntos? Eso hará que ambos se sientan más a gusto.
¿Quieres llevarlo al delirio? Deja que termine en tu boca. Permítete tener un orgasmo en la suya también. Enloquecerá, créeme. Y si consiguen llegar juntos al orgasmo, el momento será inolvidable.
Hazlo con verdadero deseo, ve a fondo y pon todo su pene en tu boca. No sientas temor debes sentirte a gusto con las partes íntimas de quien realmente te gusta.
A la hora de hacerlo, no olvides todas las partes del cuerpo que también se puede estimular con la boca y la lengua, como la ingle, el abdomen, el perineo, los testículos, el ano y la parte interna de las piernas. Hazle el oral con dedicación, tratando de seguir los pasos de una profesional, pero no dejes de introducir espontaneidad y creatividad en tu relación.
Maneras de hacerlo:
Además de la posición tradicional, en la que ambos compañeros se echan de costado, y aquella en la que uno se coloca sobre el otro con un giro de 180 grados, hay también otras variantes, como aquella en que el 69 se realiza mientras el hombre está de pie. En ese caso, la mujer se coloca de cabeza con las piernas encajadas en los hombros de su compañero. Para aprovechar esta posición él deberá mover la cabeza hacia abajo. Y sí, lo sé, es algo más bien acrobático. Lo que resulta indispensable es que ambos sean de estaturas compatibles, a fin de que haya un encaje perfecto.
Si ambos tuvieran diferencias de medidas y quisieran utilizar la posición horizontal, uno de los dos puede doblarse.
Quien tiene la posición más cómoda es quien está echado debajo, y por ende quien se coloca por encima cuenta con mayor libertad de movimientos. Es una buena sugerencia que ambos compañeros prueben ambas posiciones, para así averiguar quién se adapta mejor a cada una.
El que está debajo queda con las manos libres, de modo que podrá acariciar la columna vertebral de su compañero, su perineo, su ano y la parte interna de sus piernas. En el caso de ser la mujer, ella podrá jugar con su compañero e introducir uno de sus dedos en la región anal. Quien estuviera debajo tendrá algo de dificultad de practicar el beso negro a su compañero, debido a su posición. El otro, mientras tanto, tendrá mucha facilidad para realizarlo. Como compensación, quien está debajo podrá usar sus manos para acariciar casi todas las partes del cuerpo de su compañero.
Una observación importante:
Aunque ahora se sabe que el sexo oral supone un menor riesgo de contaminación con el VIH, siempre es bueno aumentar la protección. Quien todavía no se encuentra en una relación estable y quiere realizar la posición 69 debe usar un preservativo masculino y, en el caso de la mujer, una cubierta plástica de cocina o esas pequeñas hojas de látex que usan los dentistas, las cuales, colocadas sobre la vulva, crearán una barrera. Otra posibilidad, precisamente la más usada por las damas de compañía, es la que usa el propio preservativo masculino como barrera cuando el cliente va a practicar sexo oral a la muchacha.
El preservativo es cortado por la parte del anillo por uno de sus lados, lo que lo abre y lo deja con forma de cuadrado. Este cuadrado se colocará entonces sobre el lugar a manera de protección.
70. Mejorando la erección en la penetración vaginal o anal por medio del anillo peniano
En el caso de estar realizando un oral a un cliente con problemas de erección, se usa la técnica de obstruir el regreso de la sangre del pene, mediante el «estrangulamiento» de su base con los dedos colocados a manera de anillo. Esto lo posibilita la posición en que la mujer se encuentra en relación al hombre, pero se torna imposible en determinadas posiciones.
Lo que se hace en esos casos es utilizar el anillo peniano. Como su nombre lo dice, él tiene la forma de un anillo, está hecho de silicona y se usa con el objetivo de ayudar a la erección.
Casi no causa ninguna incomodidad en el hombre, y se lo coloca en el reverso del pene, en la región de la base, teniendo la función de retener el regreso por las venas y así aumentar la erección.
Es un objeto simple, barato, de material sintético y muchas veces transparente. Prácticamente no se nota su presencia.
Las damas de compañía acostumbran tener el anillo para mejorar el desempeño de sus clientes y así facilitar el trabajo. Este puede ser usado por varios clientes, para lo cual solo basta lavarlo bien entre un uso y otro.
71. Pompoarismo
Lo usan muchas damas de compañía para lograr una mejor calidad en su trabajo. El refuerzo del músculo pubococcígeo permite que se tenga un dominio sobre los movimientos de contracción y relajación de la vagina, lo que puede acelerar, retardar o intensificar el proceso de orgasmo del hombre.
Los hombres enloquecen con el pompoarismo, de manera que es buen consejo para una mujer el que lo aprenda.
Y algo más: ¿tienes hijas? ¡Enséñales también!
Mientras más temprano aprendan, mejor será para ellas, pues más habilidades desarrollarán. Prepara a tus hijas para el sexo. Yo preparo a la mía. Recuerda que eres responsable por su formación.
No solo lo debes aprender para complacer a un hombre, sino también por ti misma. Verás que sentirás más placer en la penetración. La verdad sea dicha, el hombre que tiene relaciones sexuales en las que se usa el pompoarismo, jamás las olvida. Para ellos es una penetración vaginal que se siente como una penetración anal. Esto gracias a que la mujer contrae sus músculos pubianos con dominio de movimientos, comprimiendo al pene dentro de sí.
Voy a seguir con tres ejercicios que pueden realizarse para desarrollar el pompoarismo. Este necesita práctica diaria y que la mujer sea persistente. De hecho, los ejercicios se pueden realizar inclusive mientras se realizan otras actividades.
1) La posición inicial: Siéntate sobre una silla y apoya las manos en los muslos de manera que tu espalda quede recta y levemente inclinada hacia adelante. Los pies deben estar levemente separados, cerca de unos 20 centímetros. Ahora, contrae los músculos de tu vagina como si apretases algo. Cuenta hasta 5 y relájate, repite la contracción y ve aumentando el conteo hasta 20. Repite el ejercicio diariamente durante 10 minutos.
2) Estando de pie y con los brazos relajados a lo largo del cuerpo, contrae los músculos del ano y de la vagina y cuenta hasta 5, y luego relájalos. Repite el ejercicio, aumentando gradualmente su intensidad, hasta realizar 10 contracciones.
3) Echada, preferentemente sobre un pequeño colchón, y con los brazos relajados a lo largo del cuerpo, empieza por contraer levemente los músculos del ano y ve aumentando la intensidad de las contracciones, hasta realizar 5 de ellas. Luego has lo mismo con los músculos de tu vagina. Repite la secuencia tres veces.
Esta técnica fue desarrollada por las tailandesas para proporcionar mayor placer a sus amantes, y pasada de madres a hijas a lo largo de las generaciones. No hace falta que seas una experta en el pompoarismo, sino que solo necesitas tonificar tu musculatura para notar un satisfactorio resultado.
Satisfaré tu curiosidad: sí, los hombres también practican el pompoarismo. En su caso la contracción de la musculatura ocurre en el esfínter y el perineo, lo que los ayuda a mejorar su control sobre la erección y la eyaculación.
72. La posición sexual de mayor demora
En Brasil se la llama popularmente «la del pollo asado». La mujer se echa de cara al hombre con las piernas abiertas y flexionadas y los pies apoyados en la cama o levantados a la altura del pecho del hombre. La posición es semejante a la de un pollo siendo asado, que es de donde sale el nombre.
El hombre se arrodilla frente a la mujer y la penetra. De hecho, la penetración también puede ser anal en esa posición. Esta es la más indicada para aquellos hombres que sufren de eyaculación precoz, o para aquellos que, aún si no se les puede aplicar el término, tienen la eyaculación rápida por no poder controlarla por mucho tiempo.
73. Rutina básica y eficaz
Voy a narrar una rutina básica de corta duración, que es considerada eficaz. Tanto yo como mis amigas usábamos esta rutina para facilitar nuestro trabajo y dejar al cliente satisfecho. Prácticamente no supone desgaste físico y trabaja los tres puntos principales de un encuentro: el visual, el auditivo y el físico.
Quiero dejar en claro que lo que voy a describir debe aprenderse solo para ser puesto en práctica de vez en cuando, como por ejemplo en las ocasiones en que no puedas aplicarte mucho ni cansarte. No se lo debe tomar como receta para la felicidad sexual ni hacer de ello el método a seguir cuando se encuentre en la intimidad de las cuatro paredes. Siguiendo esta rutina darás placer rápido y eficaz, pero probablemente tendrás que sacrificar el tuyo. No está demás recordar otra vez que el sexo solo es satisfactorio si las dos partes sienten placer.
1) Haz que se acueste desnudo en la cama. Pon música y, siguiéndole el ritmo, ve quitándote la ropa de forma sensual. El procedimiento debe durar 4 minutos y durante él trabajarás el campo visual, lo que pondrá el marcha el proceso de excitación de tu compañero, pues a los hombres les gusta ver.
2) Luego de haberte quitado la ropa, gatea sobre la cama y arrástrate sobre su cuerpo, tocando tanto su cuerpo como el tuyo. Cuando pases por el pene, frótate sobre él. Pide a tu compañero que acaricie con las manos: que toque tu trasero, tus senos y todo tu cuerpo. Míralo a los ojos y ponte a decir cosas sucias: dile lo que te gusta hacer, lo que quieres dé él y tus fantasías, imagina situaciones y cuéntale lo que estás imaginando. Estarás trabajando la parte auditiva, y no tengas la menor duda de que para ese momento él estará ya muy excitado. (Tres minutos son suficientes, pero si quisieras hablar un poco más también está bien).
3) Cuando le hables provocativamente, dirígete a su oreja y dale mordiscos, besando su cuello y bajando en dirección a su pene, con el fin de empezar un oral. (En ese momento, las damas de compañía suelen colocar el preservativo, por lo general con la boca. El cliente no reclama porque está entretenido con la situación y ya bastante excitado; cuando se da cuenta, ya tiene puesto el condón y está recibiendo un oral). Realiza el oral conforme lo describí en el secreto 66. Esta parte del procedimiento puede durar cerca de 5 minutos. Si no quisieras que él termine en tu boca tienes que cuidarte de que lo haga, pues es muy posible que suceda.
4) El siguiente paso es pedirle a tu compañero que se coloque tras de ti mientras tú te colocas en cuatro. Para lograr una penetración más profunda, apoya el rostro en la cama, estira o flexiona tus brazos y retoma las palabras picantes. No pasará mucho tiempo antes de que él termine Aunque depende de cada hombre, se puede afirmar que la gran mayoría lo hará durante los primeros tres minutos de la penetración.
Conclusión: has tenido una relación sexual básica y satisfactoria en 15 minutos, que abarcó los tres principales enfoques en el sexo.
Como la rutina sexual de una dama de compañía suele ser intensa, ella no puede desgastarse mucho con cada cliente. Economizar su propia energía le resulta de gran ayuda en su actividad profesional, por lo cual se recurre a estas tácticas, que evitan el desgaste físico y dejan al cliente relativamente satisfecho.
74. Palabras y frases pornográficas que dicen las damas de compañía y que los hombres adoran oír
Las frases enumeradas en este secreto son las que las profesionales del sexo usan más cuando atienden a sus clientes. El objetivo es excitarlos intensamente, de manera que se logre un buen desempeño. Es una gran verdad que a los hombres les gustan las palabras vulgares a la hora del sexo. Ellos no van a pensar mal de ti si las usas en ese momento.
Un consejo: la cama es el mejor lugar para bajar de nivel.
Si existen lugares apropiados para ese tipo de cosas, la alcoba es el mejor de ellos. No tengas recelo de cambiar de registro: en ese momento no solamente puedes, sino que debes.
Lo que sigue es un festival de groserías:
—Ven, mi amor, quiero todo tu palo rico y duro dentro de mí.
—Entierra toda tu cachiporra dentro de mí, dámela bien al fondo; cógeme el coñito, mi amor, ¿ves cómo me pongo toda mojadita?
—¿Sabes que vivo excitada? A veces me excito tanto que me quedo masturbándome, y si no tengo un palo para comérmelo uso mi dedito o mi vibrador. Cuando estoy en un lugar público y me excito, corro al baño para masturbarme.
—¿Vas a darme toda tu leche amor? Pero dame bastante que me gusta mucho que me echen la leche encima. Cuanto más, mejor.
—¿Sabes que tengo una amiguita muy rica con la que me doy unas fiestecitas? Ella viene a la casa y nos quedamos encueradas la una con la otra, yo la beso en la boquita y ella me la chupa rico.
—Tengo ganas de montarme a muchos hombres juntos, que me hagan una rueda y me coman todos uno por uno y luego tres a la vez.
75. Enloqueciendo en la penetración normal
Las damas de compañía manipulan y aprovechan varios aspectos de la penetración vaginal. A pesar de que tradicionalmente los hombres han dominado siempre la situación en la penetración, ellas saben que también pueden desempeñar ese papel, y muy bien.
Es mentira que la penetración consista solo en el vaivén y que el hombre sea el conductor de su ritmo.
La dama de compañía mueve las caderas y marca el ritmo del coito, ya sea que se encuentre en posición de dominar o de ser dominada.
En el caso de que ella se encuentre abajo, el hombre controlará la profundidad de la penetración, sin que eso impida que ella guíe los movimientos. Estos pueden ser circulares o con el trasero hacia delante, lo que no solo hará que la penetración sea más profunda sino que cause más placer en ella, al aumentar la fricción entre el pubis masculino y el clítoris. Mientras más abiertas y flexionadas se encuentren sus piernas, mayor será su capacidad de movimiento.
Si la dama de compañía se encuentra sobre su cliente, ella tendrá total libertad de movimientos. Razón por la cual usará varios de ellos, siempre teniendo en cuenta que es posible ayudar al cliente a refrenar su eyaculación o a retenerla por más tiempo. Para ello, basta cambiar de ritmo y de movimientos en el instante en que se sienta que el hombre va a llegar al orgasmo. Las rodillas son muy importantes en este momento, pues serán la base sobre la que ella se sostenga; los movimientos que podrán realizarse, sin embargo, se basan en el contoneo del trasero.
Es innegable que a los hombres les encantan las mujeres que realizan movimientos circulares con el trasero cuando tienen relaciones sexuales. Resultan más sensuales, y aumentan la libido de sus parejas pues estas notan que están interesadas en la relación, entregándose y buscando el propio placer. Es por eso que las damas de compañía siempre se contonean en la cama.
Un dato: algunas mujeres encuentran dificultades al realizar movimientos circulares con el trasero, especialmente si la base que las sostiene estuviera cerca de su cintura (como en las rodillas). Simplemente, no hay problema que no se resuelva con la práctica, y para aprender a hacer algo hay que empezar por hacerlo. A los pocos intentos la flexión mejorará y todo resultará más fácil.
¡Mueve esas caderas, mujer!
No solo por ellos, sino también por ti misma, pues te sentirás más desenvuelta en la cama. No te preocupes porque él piense que te has convertido en una «vagabunda». Si llegara a pensarlo, lo único que pasará es que se excitará más y te encontrará todavía más irresistible.
Un movimiento que tiene mucho efecto en ellos es el movimiento circular del trasero mientras la penetración no es completa y solo el glande ha sido introducido. De preferencia, él deberá estar echado contigo inclinada sobre él en su dirección y sosteniéndote sobre tus rodillas en la cama. También puedes estar totalmente apoyada sobre tus rodillas y en posición vertical respecto de él, pero eso requerirá algo más de habilidad: los requiebres serán más fáciles si estás inclinada sobre él con las rodillas y los codos sobre la cama.
También puedes hacer que la penetración comience con movimientos circulares, suavemente, yendo cada vez más profundo en un ritmo lento, solo para excitarlo más. Es un buen consejo adoptar una expresión maliciosa, como de quien sabe lo que está haciendo y para qué.
Puede hacerse lo mismo con los movimientos de vaivén, con los que inicialmente habrá una penetración de poca profundidad, en la que solo se introducirá el glande. Comienza por hacerlo de forma muy lenta y luego hazlo con rapidez, todavía sin ir muy al fondo, pues de otro modo el juego terminará ahí. Los hombres tienen mayor facilidad para llegar al orgasmo en las penetraciones con movimientos de vaivén rectos, rápidos y realizados con un ritmo continuo.
Cuando decidas que la penetración sea más a fondo, puedes hacer uso del pompoarismo para masajear el pene de tu compañero. Embiste lentamente e intensifica rápidamente el ritmo, volviendo luego a la penetración lenta.
Las sex shops venden un gel vaginal que literalmente calienta la relación. Es una cosa muy interesante que causa sensación internas en la vagina y el pene: calentamientos seguidos de enfriamientos. Pero solo lo deben usar las parejas monógamas que ya no hagan uso del preservativo, pues dicha sustancia es capaz de hacer que se rompa el látex.
76. Romance eterno
Las damas de compañía no llaman a sus clientes con nombres como «papá», «viejo» o «jefe», pues desaniman por completo. Se usan más nombres como «guapo», «tarado» o «loquito», aún así él no sea ninguna de estas cosas.
Un consejo: evita abandonar los nombres cariñosos que usabas al inicio de tu relación. No hagas que tu compañero se haga a la idea de haberse convertido en un padre, un amigo o un hijo.
Trata a tu compañero como un hombre, como tu amante. Abandona las palabras como «papá». Ponle apodos que resalten su virilidad. Llámalo «tigre», «guapo», «loquito», etc.
Los hombres necesitan sentirse deseados.
77. Lencería provocativa
A los hombres les gusta la lencería provocativa. ¿Te has dado cuenta de que todas las damas de compañía usan calzones de hilo dental?
Y no importa el cuerpo que tenga. Seamos sinceras: no toda dama de compañía es una 90-60-90, pero independientemente de eso, su lencería siempre es mínima.
Yo me pregunto: si las esposas quieren gustar a sus esposos y a los esposos les gustan los calzones pequeños, ¿por qué se empeñan ellas en usar calzones enormes? Un calzón es una cosa tan fácil de encontrar, y el cuidado de esa prenda es algo tan elemental en una relación… Digo y repito: a veces, un calzón puede salvar una relación de pareja.
De modo que las que quieran agradar a sus compañeros, háganme un favor: váyanse de compras.
No importa el peso ni la edad. Es hora de renovar su ropa íntima, porqué esos detalles son importantes. Aparécete en casa llevando lencería provocativa (de preferencia de la Linea Vanessa de Oliveira), y si es día laboral, manda a los niños a dormir más temprano y abre una botella de vino.
¿Tienes que trabajar al día siguiente? No seas tan dura contigo misma: un pecado de vez en cuando nunca hizo mal a nadie, y la resaca se cura con el buen recuerdo de la noche anterior.
78. Novedad
La gran mayoría de los hombres que acuden a una dama de compañía buscan la novedad, y siendo así, el 80% de ellos nunca vuelven a contratar a la misma, sino que la recomiendan a los amigos. Si quisieran quedarse con la misma mujer, se quedarían con la propia. Lo que hacen es probar los atributos de una y luego ir con otra de atributos diferentes.
Un consejo importante: hay que hacer variar el sexo, traer siempre novedades a casa y huir de la rutina. ¡Pon en práctica todas las técnicas de este manual!
79. Si a los hombres les gusta la novedad, ¿qué hace que vuelvan?
Si regresan, es básicamente por una de estas tres razones:
1) Porque la dama de compañía les pareció amable, disfrutaron la conversación, simpatizaron con ella y se sintieron bien tratados. Además, hace mucha diferencia el que ella sea caprichosa con su propio cuerpo, entre otras cosas.
2) Porque de momento no había otra opción. Como dice el dicho: «Más vale malo conocido…».
3) Porque la dama de compañía, más allá de «estar bien», es muy buena en lo que hace.
Las chicas que son muy buenas en lo que hacen mueven las caderas, y las que solamente «están bien» abren las piernas en cuanto empieza el servicio.
Un consejo: aprende a realizar movimientos circulares durante la penetración, aun si están en la posición más simple. Ello resultará en más placer para ambas partes.
80. Las damas de compañía lo hacen con la luz encendida
Esto no se debe solo por la costumbre de las damas de compañía de tener relaciones a horas en que el día sigue claro y que no se puede lograr oscuridad completa en el ambiente, sino también porque a los clientes les gusta ver lo que están haciendo, mirar a muchacha a la cara, ver sus expresiones de placer (aunque sean fingidas), observar las formas de su cuerpo (aunque este no sea perfecto) y apreciar la penetración que ellos mismos realizan, la cual es invisible con la luz apagada.
Si se hacen las cosas en la oscuridad es por pedido del cliente. A los hombres que recurren a las profesionales no les interesa el romanticismo, sino que quieren «sexo puro». Y esa es una situación en la que conviene ser vulgar. Una dama de compañía no es necesariamente vulgar en su cotidianidad, pero en el secreto de las cuatro paredes ella perderá toda la compostura, toda la clase, simplemente porque a ellos eso les gusta.
No fueron pocos los clientes a los que oí quejarse de que sus esposas o enamoradas eran demasiado críticas consigo mismas; preocupándose por su cuerpo durante el sexo, convirtiéndose en observadoras de sí mismas y eligiendo posiciones en las que el ángulo pudiera favorecerlas.
El problema con eso es que la mujer se desconcentra de la relación sexual y esta se vuelve fría. Según me contaban, muchas no adoptaban nunca la posición dominante (en la que mujer se coloca por encima del hombre), porque sus pechos colgarían o su barriga sobresaldría. A los hombres no les importan mucho los pechos y la barriga perfectos, sino que a la hora de las relaciones la mujer se entregue al placer.
81. Desamparada, desprotegida, sin dinero
Aunque las mujeres no suelan tener esa imagen de las damas de compañía, es así como los hombres las ven normalmente. Independientemente de que esa sea su condición o no, esa es la impresión que buscan causar en los hombres.
Si hay que decir la verdad, lo cierto es que siempre que el cliente pregunta a la dama de compañía cómo se encuentra financieramente, ella nunca está bien, nunca tiene dinero (da igual si está forrada), tiene siempre mil deudas (muchas de las cuales no existen) e invariablemente su madre o algún pariente está sufriendo mucho en un hospital.
Las damas de compañía lloran sus penas. Nunca se ofrecen a pagar la mitad de la cuenta y siempre tienen problemas. Las profesionales del sexo nunca tienen vergüenza de admitir que necesitan ayuda financiera, cosa que no todas las mujeres están dispuestas a hacer en nuestra sociedad. ¿Y sabes por qué hacen eso? Porque descubrieron que a los hombres les gusta gastar dinero en las mujeres.
«El dinero se hizo para las mujeres. ¿De qué serviría si ellas no existiesen?».
Onassis
82. Cómo las damas de compañía les sacan dinero a los hombres
Es mucho más simple de lo que te imaginas.
La tarifa por el servicio siempre está establecida de antemano, solo que hay posibilidades de ganancias extras. La regla es básica: en primer lugar, las damas de compañía dejan en claro que no están bien económicamente y hablan de los problemas que tienen realmente o, de no tenerlos, inventan alguno. Los problemas de enfermedad de un familiar, insuficiencia para comprar víveres y el alquiler atrasado son, en ese orden, los que más conmueven a los hombres.
Voy a revelar otro secreto: A LOS HOMBRES LES GUSTA CUIDAR DE LAS MUJERES. Sin embargo, lo que vemos hoy en día es que las mujeres se empeñan en cuidar a los hombres como si fueran sus hijos.
La gran mayoría, o, mejor dicho, la enorme mayoría de ellos adora dar dinero a las mujeres, pues los hace sentirse poderosos, proveedores y fuertes. Es como si la mujer no fuese capaz de cuidarse sola y necesitara del amparo de un hombre.
Inevitablemente, la hora de pedir es después del sexo. Si el sexo fue bueno, pedir es sinónimo de ganar.
En ese momento, la dama de compañía abrazará a su cliente, acercará la boca a su oído y le preguntará: «¿Me puedes ayudar?». Si el problema es realmente grande o si ella es una actriz de primera, llorar le será de gran ayuda. Pero aquí llorar no es tener ataques de histeria, sino llorar de tristeza.
Son pocos los hombres que se niegan, pero ellas saben que tienen que intentarlo, porque ellos no ofrecerán si ellas no se lo piden.
Ningún hombre sale a repartir dinero si no sabe qué muchacha lo necesita. Los hombres no tienen bolas de cristal.
Cuando una no está muy segura acerca de un cliente y de su poder adquisitivo, comienza de a pocos y, después del sexo, en lugar de pedir dinero, pide un regalo.
¡Es muy fácil obtener un regalo de un hombre!
En el fondo, todos los hombres son tontos. Saben que los están tomando por tontos, ¡y les gusta! Y eso es porque la recompensa emocional que sienten es tan grande que el dinero que se sacan del bolsillo no importa.
83. Las damas de compañía son cariñosas
Como lo que les gusta a los hombres es tener sexo y no hacer el amor, prefieren hacerlo de manera puramente carnal, pero cuando termina la relación lo que quieren es una mujér cariñosa. Una que se les cuelgue del cuello, les dé besitos y les acaricie el pecho.
Casi no hay besos, lo que se dice besos, ni durante ni después de la relación. La dama de compañía no besa en la boca, porque un beso así habla de sentimientos, y ella está donde está de cuerpo pero no de corazón. Ellos tampoco dan importancia a ello, pues van para tener sexo y no para hacer el amor.
Aunque sea difícil de creer, ellos no dan mucha importancia a las expresiones como «Te amo», «Te adoro» y «Eres importante para mi». Las frases que funcionan con ellos son «Te deseo», «Me haces tener orgasmos maravillosos» y «Disfruto mucho de tu pene».
No les interesan tanto los cariños durante la relación como después de la misma.
84. A las damas de compañía les gustan los hombres…
Generosos. No importa si no coincide con los cánones de belleza, si no habla correctamente o si se viste con mal gusto. El hombre más lindo para una dama de compañía es aquel que más abre su billetera.
Entre un guapo mezquino y un gordito sin gracia generoso, la dama de compañía se quedará con la segunda opción. Por eso, muchas veces supone un sacrificio tener relaciones sexuales con alguien que no corresponde con sus patrones estéticos.
Al comienzo puede haber reticencias respecto de atender clientes sexualmente poco atractivos, pero con el tiempo los valores de una cambian. Las muchachas se van dando cuenta de que vale más un cliente no muy bello pero que las haga ganar bien que otro elegante pero que pague poco.
Una diferencia entre las damas de compañía y la mayoría de las otras mujeres es que para las primeras el dinero es un afrodisíaco.
Y por increíble que resulte, aunque yo y muchas de mis amigas hayamos dejado de trabajar, seguimos conservando el mismo razonamiento, según el cual el hombre más lindo es el más generoso.
«Que me besen la mano me hace sentir muy bien, pero un diamante y un zafiro durarán para siempre».
Anita Loos
85. ¿Quién se enamora de ellas?
Es difícil que un hombre soltero se enamore de una, pero es muy fácil hacer que uno casado lo haga. Curiosamente, los casados siempre están más necesitados de afecto que los solteros.
Estar con alguien no necesariamente significa tener todas sus necesidades afectivas satisfechas, y créeme cuando te digo que los hombres son muy carentes y dependen mucho de sus mujeres, pues también necesitan atención.
Normalmente los casados no reciben afecto de sus esposas por motivos diversos, entre ellos el hecho de que la mujer se sienta segura respecto de su marido habiendo ya pasado por el altar. Menudo engaño, porque si ellas no les dan afecto, otras se los dan.
Pero si una mujer va a ser cariñosa, eso debe ser no por miedo de perderlo o de que se lo quite otra, sino porque haciendo eso estará estrechando sus lazos afectivos y haciéndose bien a sí misma. Tiene que ser de corazón, y no por obligación o recelo.
86. Características de los hombres que las damas de compañía atienden
El 90% lo conforman hombres casados, y la gran mayoría tiene entre 40 y 50 años.
No existe una clase social que las contrate más que las otras. Son hombres de diferentes ocupaciones y niveles sociales, aunque tienen más tendencia a contratar profesionales del sexo aquellos que ejercen profesiones que requieren viajes constantes.
Hay variaciones, pero en los horarios se puede percibir una cierta repetición a partir de la cual se puede delinear un perfil. Por ejemplo, los clientes que venían entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde solían ser padres de familia que aprovechaban un intervalo o la oportunidad de salir del trabajo para contratar una dama de compañía. La disculpa que más usaban en el trabajo era que tenían una cita con el médico. De ser así, las salas de espera de los consultorios estarían siempre abarrotadas.
Una disculpa que usan mucho para salir de casa y buscar a una dama de compañía es la de tener un juego de fútbol. Recibí a muchos que llegaban a verme con ropa de deporte.
Los clientes que aparecen a primeras horas de la madrugada generalmente tienen una relación fija, pero fueron echados de casa o salieron por «presión libre y espontánea», enrumbándose al motel más cercano para pasar allí la noche. Ellos contratan a la dama de compañía como venganza y como tratamiento sexual y psicológico de momento Los hombres estresados necesitan tener sexo y relajarse.
Los clientes del final de la madrugada o el inicio de la mañana, por otro lado, son los que salieron de cacería pero no consiguieron a nadie. También pueden ser hombres ebrios o drogados que no consiguen dormir y buscan a una dama de compañía para fastidiarle la vida. Esos son los peores clientes. Ni siquiera pueden tener sexo, por el exceso de alcohol o drogas en el organismo.
Y los que llaman desde hoteles entre las 9 y la medianoche son en su gran mayoría representantes de ventas que acaban de comer y quieren verse pronto con una dama de compañía, para poder levantarse descansados y listos para trabajar al otro día. Es común que llamen diciendo:
—Voy a darme un baño y bajaré a comer. Ven en una hora.
87. Toda dama de compañía sabe que…
Los hombres lloran, se afligen, sufren mucho estando solos, no soportan el dolor, mueren de miedo de que se les engañe, tienen miedo del fracaso, difícilmente se abren con nadie y, muchas veces, por estarlos turbando algún problema, recurren a las damas de compañía para que ellas sean sus confidentes y psicólogas.
88. Accesorios que ellas usan más y que ellos aprueban
Las sex shops tienen líneas de productos muy interesantes. Toda dama te compañía trabaja con accesorios, porque ellos abren un abanico de opciones, hacen una diferencia en las relaciones y muchas veces permiten provocar un extremo placer en el cliente sin que haya mayor desgaste físico de su contratada; al final del día, una no puede estar siempre dispuesta a tener relaciones sexuales, y da gusto ser bien pagada en un día de esos. De modo que es una excelente opción el contar con accesorios diferentes. Sin contar que el tener una maleta repleta puede significar que haya más oportunidades de que el cliente regrese y quiera volver a salir con una, pues al igual que con las mujeres, a los hombres también los mata la curiosidad.
Prótesis para penetración anal con vibrador. Para ellos, este es el accesorio número 1, el que no puede faltar en ninguna maleta. Cuando un cliente llama y dice que le gustan los accesorios, ten por seguro que ese es el primordial, básico y esencial. Todo lo demás es imagen. ¡Pero ese nunca puede faltar!
Cinturón con prótesis. Se lo usa para la inversión de papeles, en la que la dama de compañía adoptará la posición dominante.
Bolitas tailandesas. Sí, leíste correctamente: ellos usan, aprueban y gustan de las bolitas tailandesas. Ellas no solo sirven para que las damas de compañía se exciten en el pompoarismo, sino también para ser usadas durante la relación sexual. Las bolitas son introducidas una por una en el hombre, y son jaladas cuando él está a punto de tener un orgasmo, aumentando así su intensidad. Si la pareja estuviera en la posición del papá y la mamá con él encima, ella queda con las manos libres para jalarlas, o si él estuviera en cuatro, dominándola, ella podrá alcanzar la punta de la cuerda que une a las bolitas pasando por entre las piernas de ambos, para poder jalarlas una por una. En las sex shops se las encuentra en tamaños pequeño, mediano y grande.
El anillo peniano con vibrador es una excelente opción, pues el anillo rodea la base del pene y encima vibra. Existen modelos con distintas intensidades de vibración, y se los puede encontrar con cable o a control remoto. Lo genial es que, al mismo tiempo que estimula al hombre, el accesorio puede estimularte a ti también. Es decir, el placer en doble ración. Aunque la dama de compañía no llegue muy animada a trabajar, hay muchas posibilidades de que cambie de idea.
También existen otros accesorios, pero estos cuatro son los más populares, sin sombra de duda. Se puede ver que la preferencia de los hombres no yace en el fetiche propiamente dicho (es posible que el fetiche sea la propia dama de compañía) sino en la estimulación de su región anal.
Un consejo: experimenta y prueba lo que es el otro lado de la moneda, porque puede que te guste. Es un hecho que a él le va a encantar.
89. Las damas de compañía mienten
«Nadie consigue ganar un millón de dólares honestamente».
William Jennings Bryan
Si las damas de compañía dijeran la verdad, seguramente no llegarían clientes a sus puertas. De modo que ellas mienten mucho. Yo misma llegaba a causarme rabia de tanto mentir. Mentía sobre la crisis financiera, sobre mis preferencias sexuales, sobre mis dotes, sobre los dotes de mis dientes, sobre mis deseos, sobre mi nombre, sobre mi edad… Mentía, mentía y mentía, de manera acorde a cada situación y según percibía la necesidad de mi cliente de oír mentiras.
El hecho es que ellos no quieren saber la verdad. En el fondo, solo quieren aprovechar lo que se les ofrece en ese momento. Están pagando por una ilusión y están conscientes de ello. En cierto modo, es una ilusión saludable.
Al inicio de la conversación con su cliente, la dama de compañía siempre dará a entender que ama el sexo, que adora el sexo y que está donde está porque quiere. Dirá que se dedica a la profesión porque le hace falta tener mucho sexo. Esta táctica es generalizada: una puede tener muchos problemas personales graves, pero decir que una no gusta mucho del sexo o que no se encuentra a gusto por tal o cual problema, jamás.
Sencillamente, a los hombres les gustan las mujeres a las que les gusta el sexo.
Sí existen las damas de compañía que se dedican a la profesión por elección, pero son pocas, y de todos modos es imposible sentir deseo por todos los clientes que aparecen, de manera que el repertorio siempre será el mismo: «¡Estoy loca por tener sexo, querido, estoy que me muero de excitación!».
Ellas mienten y ellos fingen que les creen. Ese es el juego. Es como un momento mágico, como jugar a una fantasía. Mientras las mujeres idolatran a los príncipes que vienen en caballos, ellos idolatran a la profesional ardiente, de botas e hilo dental.
Y bien, las fantasías son fantasías.
90. Vibradores especiales para mujeres
A los hombres les gusta ver mujeres usando vibradores, y muchas veces lo que acontece en el cuarto es una relación sexual placentera para ambas partes sin que sea necesaria la penetración.
El vibrador Osaki resulta muy adecuado. Posee dos salidas: una más grande que vibra y que tiene una punta giratoria, para introducir en la vagina; y otra menor para ser usada simultáneamente estimulando el clítoris. Ambas partes vibran, y hacen que la mujer alcance el orgasmo muy fácilmente.
Las prótesis que no vibran difícilmente hacen que la mujer disfrute y consiga terminar. Pueden ayudar a la excitación psicológica, a la manera de un fetiche, pero sin la vibración y la estimulación del clítoris resulta prácticamente imposible conseguir un orgasmo.
91. El orgasmo escandaloso
Entre las damas de compañía no hay orgasmo silencioso o de leves jadeos. No: cuando la dama de compañía llega al orgasmo, sea este fingido o verdadero, lo hace saber fuerte y claro, mediante gritos o palabras. Personalmente, yo siempre preferí los gritos, especialmente desde que me di cuenta de que ellos hacen que los hombres se exciten más.
92. Un secreto básico a la hora del servicio
Hacer un «cable a tierra» en el cliente a la hora del orgasmo.
¿El hombre va a tener un orgasmo? Coloca un dedo en su región anal, ya sea penetrándolo o no.
Es un hecho que regresará, porque en el fondo A TODOS LES GUSTA.
Una variación del cable a tierra puede realizarse cuando el cliente está en cuatro detrás de una. Mientras él la penetra, ella puede intentar penetrarlo. Exige algo de elasticidad por parte de la profesional, pero los resultados son fantásticos. Los hombres experimentan una sensación de placer única al penetrar y ser penetrados.
Se hace del modo siguiente: se pasa una mano por debajo, por entre las piernas de ambos, y se acaricia el perineo del cliente; en seguida, se penetra al hombre con uno de los dedos, o inclusive con más de uno.
En el caso de las damas de compañía, como no se sabe mucho sobre la higiene del cliente, lo que se hace es envolver los dedos con un preservativo para evitar el contacto directo con el interior del cliente.
Otro recurso útil es el uso de un minivibrador. Se puede conseguir uno en un sex shop, y es del tamaño de un dedo medio. La vibración sirve para estimular la región y también para penetrar. Además, puede ser usado tanto en el hombre como en la mujer; para ello, solo hay que asegurarse de colocar un preservativo sobre él.
93. Un secreto acerca de la penetración profesional
Saber penetrar a un hombre es todo un arte. Por lo menos tanto como el que un hombre sepa penetrar a una mujer, lo que quiere decir que no se puede hacer de cualquier forma. Existe una manera adecuada y placentera para hacerla.
El secreto inicial, básico y fundamental es comenzar siempre de manera cariñosa.
Pasemos a los métodos correctos: de preferencia, se usarán prótesis penianas que vibren, por su forma, su material y, por supuesto, la vibración, que mucho ayuda al placer, además del factor psicológico: al cliente lo excita más el saber que está siendo penetrado por un objeto semejante a un pene. A no ser que su fantasía esté relacionada a otros objetos específicos distintos de los convencionales.
Hay que lubricar bien el vibrador con gel a base de agua. También se usará un preservativo sobre el vibrador, a fin de mantener la higiene del material.
Las posiciones en que un hombre puede ser penetrado son muchas. Todo depende de lo que él prefiera, pero durante mi tiempo de trabajo las más comunes eran dos: ellos en cuatro conmigo detrás, lo que les excitaba mucho por encontrarme yo en la situación dominante; y la posición que describiré a continuación, que también les resultaba muy agradable, inclusive más que la primera.
El cliente se echaba sobre su espalda con las piernas abiertas y flexionadas, y yo me arrodillaba entre ellas. Colocábamos una almohada bajo sus caderas, lo que hacia que su pelvis estuviera más elevada que el resto de su cuerpo (en realidad, solía usar dos almohadas). La idea era que su región anal quedara en una posición favorable para la penetración, es decir, alejada de la superficie del colchón.
En seguida lubricaba la región con gel, y usaba el vibrador (ya cubierto con el preservativo) para estimular al cliente con movimientos circulares alrededor de su ano. Por ser rica en terminaciones nerviosas, esa es una región bastante sensible.
En ese momento es importante decir obscenidades y mirar al hombre con deseo, para aumentar su grado de excitación. Por lo general, lo más adecuado es decir que resulta excitante penetrar a un hombre (de ese modo él se sentirá más a gusto, pues también estará satisfaciendo los deseos de una, por lo menos aparentemente).
El paso siguiente es realizar la penetración propiamente dicha. La dama de compañía introduce lentamente el vibrador en un ángulo de 90 grados en relación a cuerpo del cliente, y al mismo tiempo lo va masturbando con la otra mano. Es importante que también el pene esté lubricado en ese momento, en especial el glande, ya sea con la saliva de una o con el lubricante (aunque este último es el más higiénico y adecuado).
Es necesario un grado de dinamismo y coordinación, pues los movimientos y las acciones son simultáneos y en direcciones diversas. Se debe hablar, mirar, penetrar con movimientos de vaivén en sentido horizontal y masturbar con movimientos de vaivén en sentido vertical. Es un poco complicado las primeras veces, pero la coordinación mejora con la práctica.
Un detalle importante: en cuanto la dama de compañía haya introducido una parte del vibrador, digamos, sus cuatro primeros centímetros, será necesario inclinar el vibrador levemente hacia la región púbica del cliente, con el objetivo de aproximarse a la próstata, pues eso aumentará su placer. Todo con mucha delicadeza, para no causar dolor ni daño.
Habiendo hecho esto, se puede mejorar todavía más el desempeño: mientras una de las manos penetra al cliente y la otra masturba el cuerpo del pene, la boca puede hacer un oral, prestando particular atención al freno del prepucio.
Dicha táctica es muy eficaz y hace que el hombre llegue fácilmente al orgasmo. Es un recurso que aumenta mucho su excitación por estimular los dos puntos en que más placer siente: el freno del prepucio y la próstata.
La destreza adquirida con la práctica permitirá a la dama de compañía agregar algunas variantes. Por ejemplo, se puede penetrar al cliente cogiendo el vibrador con una de las manos y al mismo tiempo realizar una penetración vaginal, colocándose de espaldas hacia el cliente y haciendo movimientos de agacharse y levantarse, lo que exige mucha práctica y fuerza en las piernas. El cliente puede ayudar pegando las caderas y orientándola de acuerdo con el ritmo de la penetración vaginal.
La dama de compañía, además, se vale del recurso del vocabulario para acelerar el proceso de excitación del cliente. Repito: mientras más sucia se vuelva la conversación, más excitado estará él, independientemente de que él sea una persona seria en su cotidianidad, incapaz de decir palabrotas. El hombre en la sociedad es una cosa, y el hombre excitado en la alcoba es otra.
Y también hay que decir que muchos hombres tienen fantasías sexuales con otros hombres, lo que no quiere decir que sean necesariamente homosexuales.
94. Exploración de la imaginación y la fantasía
Mientras la prestación del servicio avanza, la dama de compañía explorará la capacidad de imaginación de su cliente, y sondeará su franqueza en relación a sus fantasías sexuales. Una comienza con frases amenas, y las va intensificando según el cliente va demostrando mayor interés por alguno de los asuntos mencionados. Lo que indica su interés son sus gemidos.
Por lo general los hombres gimen más que las mujeres, porque ellos no tienden a estar sexualmente reprimidos.
Las fantasías sexuales no dejan de ser saludables y liberadoras, y la existencia y poder de estimulación de las actitudes sexuales no convencionales (como el masoquismo, el exhibicionismo o el fetichismo) no es más que una prueba del poder creativo de la mente y de su capacidad de protegernos, ya que a menudo una persona que imagina puede satisfacerse sin necesitar poner su fantasía en práctica. Al fin y al cabo, la práctica a veces implica ciertos riesgos, mientras que en la imaginación todo es posible.
95. Exploración de las tetillas
Al igual que las mujeres con sus pezones, los hombres tienen las tetillas sensibles, y son muchos los que disfrutan ser acariciados en esa región. Explorar las tetillas forma parte habitual del procedimiento de un encuentro sexual contratado.
Lo que sucede es que difícilmente las compañeras de los clientes exploran esa área. Primero porque no se imaginan el efecto que tiene, segundo porque ellos son reacios a hablar de ello directamente, y tercero porque ellas irían a creer que por eso ellos tienden a la homosexualidad.
Simplemente, se trata de una zona erógena del cuerpo de un hombre. Las tetillas deben ser acariciadas con la lengua, con el roce de los dedos y con leves mordiscos. Para aumentar la sensibilidad, el lugar debe estar humedecido, para lo cual hay que usar la propia saliva.
96. La imaginación a la hora del orgasmo
Clientes me han confesado que, a la hora del orgasmo, generalmente no piensan en la escena que están viviendo en el cuarto, sino en algún otro factor que les resulta excitante. En el clímax de la excitación, imaginan alguna situación que podría estar dándose, como por ejemplo el que hubiera otra mujer u otro hombre en el cuarto, o inclusive el que los estuvieran penetrando al mismo tiempo que ellos penetran.
¿Y eso se lo dicen a sus esposas? Nunca, pero ten por seguro que eso es lo que ocurre. Cuando tienen relaciones con ellas ocurre lo mismo: también piensan en situaciones diversas. Nada hay de anormal en eso; también muchas mujeres son así, aunque no sean muy conscientes de ello.
Es natural y sexualmente saludable que las personas tengamos fantasías, y no es regla que queramos ponerlas todas en práctica.
Muchas mujeres, por ejemplo, imaginan a la hora del orgasmo que están siendo violadas por uno o más hombres.
97. Tabla de las opciones sexuales
La siguiente es una tabla que nos permitirá hacer una relación entre los tipos de sexo y la frecuencia con que suelen ser pedidos en el servicio. Es decir que muestra lo que gusta más a los clientes y lo que les gusta menos.
Sus preferencias son fáciles de identificar: recibir orales, tener sexo con dos mujeres, la inversión de papeles, realizar anales y, por supuesto, el sexo tradicional. Aunque hay variaciones, esto es casi regla general. La gran mayoría considerará que una dama de compañía es buena en la cama si realiza anales y orales, tiene relaciones lésbicas y no tiene prejuicios respecto de la penetración masculina. Hay que volver a mencionar que el anal es prescindible para muchos hombres, y que solo entra en esta lista como complemento, sin que sea algo fundamental en el sexo contratado. De hecho, piden ser penetrados más frecuentemente de lo que piden realizar anales. Tanto es así que la mayoría de los hombres que contratan travestis piden ser penetrados en lugar de penetrar.
Las prácticas casi olvidadas son aquellas como el sadomasoquismo, la lluvia dorada y el sexo bizarro, entre otros. No hace falta que una dama de compañía se prepare especialmente para ello. Habrá quien lo pida, pero es una minoría.
Hay otros factores a tener en cuenta aquí. Por ejemplo, el hecho de que los clientes que solicitan prácticas bizarras suelen ser del exterior: Los brasileños tienen menor tendencia a este tipo de fetiches. A veces me parecía que era posible determinar la práctica sexual que el cliente solicitaría a partir de su lugar de origen. Me di cuenta, por ejemplo, de que casi todos los clientes que venían de España tenían interés en la lluvia dorada (la cual consiste en que la dama de compañía orine sobre su cliente). ¿El motivo? Quizás sea que el venir de una cultura sexual más reprimida que la nuestra haga que, al tener la oportunidad de experimentar de todo, se vayan a las posibilidades más extremas.
Recibir orales |
90% |
Con dos mujeres |
90% |
Sexo tradicional |
90% |
Inversión de papeles (la dama penetra al cliente). |
60% |
Anal (el cliente penetra a la dama). |
50% |
Masaje que culmina en masturbación |
50% |
Realizar orales |
30% |
La posición 69 |
30% |
Cambio de pareja |
30% |
Sexo salvaje |
30% |
Sexo con dos hombres y una mujer, habiendo contacto entre ellos |
25% |
Voyeurismo (el cliente solo mira mientras la dama tiene relaciones con alguien más o mientras ella se masturba). |
20% |
Sexo con dos hombres y una mujer, sin contacto bisexual masculino |
20% |
Masoquismo (el cliente pide ser maltratado, por lo general mientras se masturba). |
10% |
Fascinación por los pies (no hay penetración, sino que el cliente se queda tocando los pies de la dama y admirándolos, y pide ser pisado). |
10% |
Sadismo (el cliente pide torturar a la dama, de manera leve, moderada o fuerte). |
5% |
Lluvia dorada (el cliente pide que se orine sobre él). |
5% |
Sexo bizarro (coprofilia, en la que cliente pide que se defeque sobre él; zoofilia, en la que el cliente desea tener sexo con un animal, generalmente un perro). |
1% |
Si existe la posibilidad, los clientes querrán, en algún momento del servicio, tener la oportunidad de probar otras cosas, teniendo en cuenta, por supuesto, que un mismo cliente se interesará por más de una variación.
Hay que tener en cuenta un detalle: los hombres piden la inversión de papeles más frecuentemente de lo que piden la práctica del sexo anal en la que ellos penetran. Esto es tan cierto que muchos clientes recurren a los servicios de los profesionales travestís con el fin de ser penetrados por ellos, no con el objetivo de penetrarlos. El hombre que los contrata difícilmente querrá realizar un anal; casi todos quieren recibir una penetración.
Y hay algo más que considerar: los clientes que recurren a los servicios de las profesionales del sexo son exactamente los mismos que contratan profesionales travestís.
98. La española
Existen clientes que recurren a las profesionales del sexo para recibir lo que en Brasil se llama la española, que consiste en colocar el pene entre los senos de la mujer, quien lo presionará con movimientos de vaivén. Pero hay un secretito para hacer que el orgasmo llegue de manera más fácil. Se usa gel o aceite para masajes entre los senos para que el pene corra mejor y haya menos fricción; de lo contrario, el roce en seco acabará por irritar la piel del glande. La dama de compañía cogerá el pene entre sus senos y procurará colocar sus dedos de tal manera que, mientras realiza el movimiento de vaivén, pueda tocar el freno del prepucio, causando más placer en su cliente.
La española es imposible de realizar si se tiene los senos pequeños.
En ese momento también es conveniente usar un vocabulario bastante obsceno y mirar al cliente a los ojos.
99. El masaje tailandés
El masaje tradicional tailandés es distinto al que se ofrece en las casas de citas de occidente, pero se le llama por el mismo nombre. 2500 años de tradición preceden al verdadero masaje tailandés, que es parte de la medicina tailandesa.
Por estos lares acabó por convertirse en una forma de masaje sensual realizado por las damas de compañía en los famosos saunas y casas de masajes. Aunque tengo que dejar en claro que existen en Brasil casas especializadas en el masaje tailandés, que lo realizan siguiendo los preceptos originales de oriente y que nada tienen que ver con la profesión del sexo.
¿Qué es entonces este masaje sensual que las casas de citas ofrecen bajo el nombre de masaje tailandés?
Es un masaje sensual en el cual se va descubriendo al otro poco a poco a través del tacto. Se le realiza a los clientes, pero cualquier mujer puede hacerlo a su compañero.
Existen secretos y reglas que se pueden seguir, basados en los mismos masajes que se ofrecen en las casas:
1) Cada parte del cuerpo del hombre es importante y debe recibir atención. El cuerpo posee más de 600 puntos sensibles que, de ser estimulados, pueden causar placer.
2) El secreto de este masaje es que se lo realice de forma lenta y continua. No hay apuro en terminar. Las profesionales tailandesas, por ejemplo, pasan horas masajeando a sus clientes. Existen casas de citas en las que el servicio llega a realizarse por cinco horas al mismo cliente; por lo general estas son las casas de más alto vuelo, cuyos clientes no tienen mayor preocupación por el monto final de su cuenta.
3) Hace falta preparar el ambiente previamente, dejándolo lo más acogedor que se pueda y preparándolo para que estimule los cinco sentidos de quien recibirá el masaje. Mientras más despiertos se encuentren los sentidos, más sensible estará todo el cuerpo y mayores serán las posibilidades de placer. Estar en un ambiente agradable relaja las tensiones.
4) Hay que utilizar música calmada, suave, agradable y de un estilo consistente, como si cada tema fuera la continuación del anterior. Se creará así un clima de seducción. Enya es una muy buena sugerencia. En realidad, al preparar la música estamos preparando el oído.
5) Para el sentido del gusto hay que preparar bandejas decoradas con frutas afrodisíacas, como las fresas, las cerezas, las uvas, etc. También deberán tener agua, miel, y si fuera del agrado de la pareja, bebidas suaves como el vino blanco, el champán o el vino espumante. La bandeja forma parte del escenario, de modo que también se deberá prestar atención a las tazas, por ejemplo. La calidad del momento dependerá del cuidado puesto en los pequeños detalles. Hay que disponer de un balde de hielo para mantener las bebidas a una temperatura agradable: después de todo, pueden pasar horas antes de que el masaje haya terminado.
6) ¿Qué piensas del incienso, las velas aromáticas, el perfume suave repartido por el ambiente y las gotas de esencia? Usándolos, el olfato de quien recibirá el masaje estará siendo preparado y se volverá más agudo.
7) Ahora nos ocuparemos del tacto. Para trabajar el sentido del tacto usaremos pétalos de rosas, de preferencia rojas, porque ese es un color que estimula la sensualidad. Se puede usar otros elementos delicados como herramientas para el masaje, como las plumas para los toques suaves y el aceite para masajes comestible, pues el masaje también se realizará con la lengua y no es nada agradable lamer crema hidratante. Los vibradores también son bien recibidos en los masajes y pueden servir para masajear partes del cuerpo del cliente, como la espalda, las piernas, los brazos, etc.
8) Para trabajar el sentido de la visión hay que usar luz tenue, pero solo suficiente para que el hombre pueda ver las formas del cuerpo de quien le está masajeando. Recuerda que los hombres son 100% visuales. La media luz y las velas repartidas por el ambiente ayudan todavía más a preservar el ambiente de sensualidad; la claridad debe ser la justa, sin perder de vista este objetivo. Se puede repartir pétalos rojos por todo el ambiente a fin de decorarlo, también sobre la cama de masajes, como tapete por donde se camina o en el hidromasaje, en caso se contara con uno.
Siguen las etapas del masaje propiamente dicho:
1) El compañero es desvestido al son de la música. Como va a quedar totalmente desnudo, hay que preocuparse por la temperatura del ambiente, que debe ser tibia. La mujer no deberá desvestirse con él. Es importante tener en cuenta que todos los movimientos necesarios, tanto los del masaje como el simple caminar, bailar o coger objetos deben ser realizados de manera muy lenta. El ambiente debe ser de completa armonía.
2) El debe acostarse lentamente, y con ayuda de la masajista, se colocará en una posición cómoda, con almohadas bajo la cabeza, los brazos y las piernas. Inicialmente, debe acostarse de bruces.
3) La masajista debe expresar placer cada vez que toque al masajeado. Ella no debe tener el cuerpo expuesto, sino que debe llevar una bata ligera para provocar al hombre e instigar su curiosidad. Su piel deberá estar cuidada y bien hidratada, pues debe ser suave al tacto. Todo debe transmitir sensualidad y ligereza. Es una buena sugerencia usar cremas hidratantes con olor a frutas afrodisíacas, como las fresas, por ejemplo. El perfume también puede caer bien, pero las fragancias fuertes no son las más indicadas, de modo que si se las usa deben ser suaves. Puede usarse un perfume a base de flores, como las rosas, por ejemplo.
El cabello debe llevarse de preferencia suelto, o en un moño que se pueda soltar conforme avance el masaje, en un momento en que él esté mirando. Siempre es sensual mover lentamente el cabello. Si la masajista fuera a soltarse el pelo, esta acción debe realizarse de manera muy lenta. La boca, al igual que los ojos, deberá estar bien maquillada, pues son partes del cuerpo que transmiten mucha sensualidad.
4) Se usarán objetos, pero el accesorio principal debe ser el cuerpo de la masajista. El masaje sensual consiste en que uno de los cuerpos es masajeado por el otro, de modo que la masajista, además de las manos, tendrá que usar su pubis, sus senos, sus antebrazos, su lengua, su cabello, su rostro y su boca, entre otras partes. También se puede acariciar al hombre con plumas, un vibrador y con todo lo que la imaginación de la masajista permita.
Las posibilidades de contacto son infinitas.
Ella debe concentrarse en las sensaciones, y cada milímetro del cuerpo de él debe sentirlas. Cada caricia debe repetirse cuando menos tres veces.
5) Los movimientos y caricias deben seguir el ritmo de la música.
6) Erguida sobre sus rodillas entre las piernas de él, la masajista debe frotarse las palmas de las manos para entibiarlas junto con la loción de masaje. Una no debe frotar la loción directamente sobre él, sino que primero hay que tenerla en las manos de a pocos, pues suele estar más fría que la temperatura ambiente.
7) Se usan primero las palmas de las manos, haciendo sentir el calor del cuerpo. Deben ser llevadas lentamente hacia el cuerpo de él y quedarse unos segundos próximas a su piel sin tocarla, apenas lo suficientemente cerca para que sienta el calor y la energía que emanan de las manos de la masajista.
8) El punto de partida son los pies. Cada uno de los dos dedos es masajeado con movimientos circulares y de vaivén, y luego se pasa a la planta del pie, donde se repiten los movimientos. Se debe perder bastante tiempo en los pies, pues en ellos hay múltiples conexiones y reflejos relacionados al resto del cuerpo, y puntos que estimulan y excitan. Nervios importantes conducen reflejos hacia la planta del pie, de modo que al mismo tiempo que se la masajea se está masajeando alguna otra parte del cuerpo, como el corazón, el sistema genital o los riñones.
9) Luego de que los pies fueran lo suficientemente masajeados y acariciados, se sube en dirección a los tobillos, también realizando en ellos movimientos circulares, pero de tal manera que empujen la circulación sanguínea hacia arriba, en dirección al corazón.
10) Después, de los tobillos se deslizan las palmas de las manos por la parte exterior de las piernas, subiendo en dirección a los muslos. Por esas partes los movimientos se realizan en un solo sentido, siempre en dirección al corazón y nunca en vaivén, pues así mejora la circulación y se ayuda a la erección. Como la parte interior de los muslos es muy sensible a los estímulos sensuales, hay que subir por ella de manera lenta y progresiva.
11) Las manos deben correr suavemente y realizar muchos toques en la parte de atrás de las rodillas, por ser esta una zona erógena, tanto como la ingle, mediante toques en su parte interna, que pueden realizarse también si él está echado de bruces. No hay que olvidar llegar hasta la ingle. Las masajistas de cabello largo pueden deslizarlo sobre su piel en la misma dirección.
12) El paso siguiente es subir en dirección a las nalgas y masajearlas pasándoles las palmas de afuera hacia dentro. En ese momento se puede jugar con los implementos para el masaje, usando una pluma o el vibrador. De usarse el vibrador, se hacen movimientos suaves alrededor del ano, sin penetrarlo.
13) Como el aceite que se está usando es comestible, se lo puede lamer. En el caso de una masajista más osada, se puede lamer también alrededor del ano. También hay que prestar atención al perineo. Los puntos principales donde colocar el aceite son los lados del cuello, la nuca, el pene, el pecho, toda la columna vertebral, los pliegues detrás de las rodillas y los pliegues de los antebrazos.
14) No hay que olvidar que todos los movimientos requieren de mucha repetición, dedicación, suavidad y paciencia. Las áreas más sensibles a los toques suaves son el cuello, los labios, la parte interna de los muslos, la ingle, la parte interna de los brazos, la columna, las nalgas, las tetillas y el glande.
15) También debe aplicarse aceite en la espalda. Se comienza con la lengua y luego se pasa a los demás objetos, siguiendo una secuencia según el aumento de la fricción entre el objeto y el cuerpo. La palma sería el objeto de mayor contacto, y por ende el último en ser usado en el masaje de la espalda. En ese momento se pueden usar otras partes del cuerpo. La masajista utiliza su pubis y sus senos en el masaje, al igual que los lados de sus caderas.
16) El cuello es otra área importante en la que los movimientos también deben ser suaves. Como la nuca es usualmente una zona bastante sensible, hay que dar pequeños soplos cerca de las orejas y estimular este punto erógeno con la lengua.
17) La nuca es acariciada de arriba para abajo, y se puede mordisquear levemente el cabello, jalando suavemente y soltando de inmediato. Estos leves tirones provocarán en el hombre mucho placer.
18) Después llega la hora de mirarlo de frente. Se le acaricia el rostro con los labios y se besa su boca sin usar la lengua.
19) Se esparce aceite sobre su pecho, masajeándolo con la punta de los dedos.
20) Hay que bajar en dirección a la ingle y concentrarse en masajear desde afuera hacia adentro, llegando también a la parte interna de los muslos.
21) Se masajea los testículos y los movimientos suben en dirección al cuerpo del pene. Se empieza un oral de forma lenta y con mucho énfasis en el glande (entre las damas de compañía y los clientes se acostumbra usar preservativo), con movimientos de lengua que masajeen el freno del prepucio. De este modo comienza el contacto sexual.
22) La masajista se sienta en la zona púbica del masajeado y comienza la penetración.
23) Se realizan movimientos leves de caderas y penetración. Solo es ahora que la masajista se desviste. Lo que sigue es una libre expresión sexual.
24) Es posible intercalar la interacción sexual con descansos para probar las fresas, por ejemplo.
25) También es posible usar la bebida como parte del juego, vertiéndola sobre el pecho de él y lamiéndola enseguida.
26) No hay apuro en terminar. El masaje tiene una hora de inicio pero no una de término. Inclusive se puede usar como un previo al sexo tántrico.
Y, finalmente, la revelación de mi último secreto:
100. Cómo ser una mujer bonita
Toda mujer quiere ser bonita. Prácticamente no hay excepciones a esta regla. He recibido muchos emails de lectoras que me piden que escriba sobre cómo cuido de mi cabello, mi piel, mis uñas y mi cintura. En realidad, lo que quieren son secretos para ser más bonitas.
Así que aquí voy a dar todos mis consejos.
Créeme: son infalibles. Jamás te has sentido tan bonita como te sentirás luego de probar este tratamiento. Es de bajo costo y fácil aplicación, y puede ser usado por hombres y mujeres de cualquier edad. El resultado está garantizado.
Adopta una ACTITUD DE VIDA todos los días al despertar. Si no acostumbras a hacerlo en tu día a día puede que demores un poco en obtener resultados, pero tú tranquila: si empiezas por incorporarlo mentalmente, tu cuerpo la asimilará con rapidez. Muchas arrugas son causadas por la amargura de no haber hecho o dicho nada frente a una injusticia o acerca de un deseo personal que se quedó sin concretar: habiendo abandonado esa amargura, las arrugas se irán sin dejar vestigios. Porque la tristeza pasada se cura con la alegría multiplicada. Aquí la orden es hacer y decir.
Demuestra mucha PERSONALIDAD y has derroche de AUTENTICIDAD. Quedarás linda así. Seas quien seas y pienses como pienses, hazte valer. Créeme: no hay prenda que te quede mejor que tu propia manera de ser. Si alguien critica tu manera de hablar, NO LA CAMBIES. La libertad de expresión es parte de la belleza de la vida. Además, una debe querer agradarse a sí misma y no a los otros.
Ejercita tu mente y ACTUALÍZATE. Vives en el siglo XXI, de modo que no debes dejar de alimentar tu mente con información, ideas y opiniones actuales. Vivir de ideas atrasadas avejenta. La mujer moderna PIENSA Y LLEGA A SUS PROPIAS CONCLUSIONES, y no repite frases hechas ni copia ideas.
LIBERATE del peso de los rencores. Nada de quedarse en el pasado, pues no se puede vivir allá y acá al mismo tiempo. Concéntrate en el día de hoy, piensa en el futuro y abandona ya los dolores del pasado. Los recuerdos densos pesan en la balanza de la vida. Deshazte de ese peso, mantén tu mente light y mantente en forma para vivir bien.
Llénate de ALEGRÍA, mas nunca de sonrisas forzadas. La felicidad existe en la satisfacción de los pequeños placeres de todos los días, y de algunos más grandes de vez en cuando. Pon metas en tu vida, porque nadie llega a ninguna parte sin saber antes a dónde quiere ir. Pregúntate en dónde quieres estar de aquí a cinco años. Respóndete y luego pregúntate qué tienes que hacer para llegar allá. ¿Te respondiste? Muy bien: ahora tienes una estrategia, y solo te hace falta seguirla. Pequeñas dosis de alegría llegarán mientras recorras tu camino, y la felicidad mayor llegará en el momento en que llegues al final.
Báñate en FUERZA DE VOLUNTAD y PERSISTENCIA. ¿Las tienes? Probemos, entonces: ¿eres capaz de aplicarte este tratamiento para siempre?
¿Viste? No es difícil ni caro ser irresistible. Yo aseguro un 99% de belleza a las mujeres que actúen así. Si de todas maneras quieres ser 100% bonita, entonces solo te falta besar mucho, usar condón y evitar el sol, entre otras cosas.
Y bien, ahora que he dado mis consejos, solo necesitas aplicarlos. Si ya los sigues, felicitaciones, porque puedes considerarte toda una pretty woman.
«Mujer bonita es aquella que es llevada por la voluntad de vivir».
Tizuka Yamazaki.