Tratado de perversiones
Heaquí un libro divagatorio y adivinatorio, en el que todo parece desordenado,porque lo está: del desorden, del deliberado caos en el que Umbral se precipitay nos precipita, surgen, aquí y allá, atisbos de otro orden posible. Un textoque es diálogo y monólogo, balbuceo y buceo, trivialidad y honduras en torno alerotismo, a las infinitas posibilidades que ofrece y esconde el vínculo delplacer. Discutiendo con los dioses, con los hombres —y, claro está, con lasmujeres—, consigo mismo y hasta con el lector, Francisco Umbral piruetea conéxito en la maroma del «más difícil todavía», recorriendo un laberintofunambulesco y divertido cuya seriedad exige, imperiosamente, un guiño cómplicey una lectura atenta.